El poemario se perfila como una fontana de versos surtidos en la cotidianeidad del terruño,con la presencia vívida de la naturaleza que aflora exultante de beldad y misterios.
Una fontana de genuina pampeanidad que conjuga el embeleso hacia el lugar natal con la preeminencia de los amores que laten aunque no se manifiesten y sean conocidos.
Amores que se hallan implícitos y siempre se encuentran sobreentendidos.Que se omiten y camuflan,que se vuelven silenciosos,amores callados que esperan el momento de expresar su gloria.
Amores tácitos que abrazan a Natura y estrechan predilecciones del alma cuando las nostalgias nos habitan.Amores tácitos que rodean el presente con afanes contradictorios y desaprenden pasados escasamente memorables.
Amores tácitos, atesora en su portada una obra con la naturaleza impredecible de las acuarelas de la reconocida artista plástica Ana Fabry, que se aúna a la literatura. Su notoria proyección nacional e internacional, la encaminó a trabajar para la Galería Praxis Internacional y Corsica, Puerto Vallarta.
Expuso en forma individual y grupal en el Museo de Arte Contemporáneo de la UNL( Santa Fe), en Londres, París, San Francisco (Los Ángeles), Miami y México D.F., entre otras ciudades.
Además, fue seleccionada para la Bienal de Beijing, entre otras; y recibió el Premio a la Excelencia, en 2001. Su impronta apasionada y vehemente trasciende confines y en esta ocasión, se abraza al arte de portada en un raudal poético.