El funcionario provincial estaba exultante. “Dato mata relato”, afirmó luego de salir de la Legislatura y mientras abrazaba a un intendente, igual o más contento. Ambos celebraban el discurso del gobernador Sergio Ziliotto en la Legislatura.
Este acto del mandatario es el más relevante del año porque hace un balance de lo realizado y marca el rumbo futuro de la gestión. Expone lo que se hizo y deja en evidencia lo que no. Y el discurso que dio Ziliotto el miércoles tuvo además un componente simbólico: fue el último de este período y el inicio de la campaña electoral para el 14 de mayo donde buscará la reelección.
Lo que se resaltó de este discurso en los medios fueron los anuncios y los datos. Hay una realidad que es contundente: mientras el país no encuentra la salida económica con 100% de inflación anual, pobreza creciente y dólar al salto, La Pampa parece marchar al ritmo de otra realidad. Esto no significa que no haya crisis, que no se sienta en los bolsillos.
Vamos a los números: Ziliotto habló de un presupuesto con equilibrio fiscal, sin endeudamiento y con baja de presión fiscal en términos reales; que la provincia es la menos endeudada del país; subsidios de tasas e incentivos fiscales; 30.500 millones de pesos para financiar a pymes y cooperativas;1.734 millones de pesos en créditos; 891 pymes, de 64 localidades, obtuvieron créditos por 4.040 millones de pesos; se crearon 1.843 puestos laborales privados con el programa de fortalecimiento del trabajo; hay 689 obras públicas (305 obras finalizadas, 260 en ejecución, 67 en proceso de adjudicación y 57 en proceso licitatorio) por un total de 198 mil millones de pesos; en los últimos tres años el sector privado generó un 55% más de empleo que el sector público provincial; hubo un incremento de la producción de petróleo, de gas, minera, carne vacuna para exportación y la faena; aumentó el salario de los agentes públicos por encima de la inflación en 2022; se entregaron 1.333 viviendas, se construyen 1.587 y están proyectadas 2.132 más.
Esos son los datos más relevantes, pero no los únicos. Por supuesto, para el tercio opositor irreductible, nunca será suficiente. Pero frente a la realidad planteada, y a la figura del mandatario con altos niveles de aprobación, la oposición tiene un problema que afrontar en la próxima campaña: deberá encontrarle la vuelta para disputarle terreno a Ziliotto. Y en el plano de las realizaciones es muy difícil. Y no solo por la gestión sino por su perfil. Un gobernante que hace y es mesurado, que convoca al diálogo y no tiene grandes conflictos. Desde los sindicatos estatales hasta las asociaciones rurales han tenido un tono conciliador a pesar de sus necesidades y urgencias en un país en crisis.
Las respuestas al discurso mostraron eso: silencio del radicalismo, ataque del PRO que habló de “estadísticas incomprobables”, pero desde ese lado no tienen ninguna para rebatirle.
El discurso de Ziliotto además tuvo un componente político de peso. Y fue el inicio de la campaña en el que el gobernador plebiscita su gestión. Y nuevamente un modelo de provincia: el peronista.
“En La Pampa, hablar de gobiernos democráticos es hablar de peronismo. Cada vez que hubo elecciones libres, la sociedad nos dio la responsabilidad de gobernar”, dijo.
Y completó: “La mayoría de las y los pampeanos comparte nuestro rumbo, nuestro modelo de provincia. Un modelo de desarrollo sustentable, basado en el equilibrio entre crecimiento económico y la inclusión social. Que garantiza acceso para todas y todos a cada política y servicio”. Por supuesto, lo nacional ni se mencionó. El peronismo pampeano defiende sus logros fronteras adentro y provincializando estas elecciones.
La campaña es la gestión, diría Ziliotto. De ahí que se hable desde la comunicación gubernamental y durante estos meses de equidad, seriedad, responsabilidad, estabilidad o previsibilidad asociados a su gobierno. Valores que frente a un país caótico, parecen sumar y mucho.