El domingo las internas para gobernador de Juntos por el Cambio en La Pampa abren el año electoral en el país. Esa tarde los ojos de la dirigencia nacional, y el interés de los medios, estarán puestos en el resultado de la provincia.
Desde el PRO y la UCR miran atentos la performance de sus representantes, Martín Maquieyra por el PRO y Martín Berhongaray por los radicales, para ver quién se queda con la victoria. Porque si bien JxC está unido a nivel país, la disputa entre los dos espacios está abierta: hay divisiones y peleas en los frentes provinciales y las PASO tendrán varios postulantes para definir quién será la o el candidato a presidente.
Es que la UCR y el PRO son socios en su disputa política con el peronismo, pero como pasa en nuestra provincia, son el agua y el aceite. Por más que se trate de unirlos, siempre afloran las diferencias. Como la fábula del escorpión y la rana, en la oposición pampeana al peronismo son más fuertes las diferencias que los acuerdos. Esa división es además fruto de la dinámica entre un bloque que avanza (PRO) y un bloque que resiste (UCR).
Las diferencias y la lógica
Este año no será la excepción y ambas fuerzas dirimen la interna para ver quien representa a JxC. Si en 2021, con el triunfo sobre el peronismo en las legislativas nacionales, se podía pensar que había una tendencia a la innovación con listas consensuadas y cruzadas, la idea resultó una fantasía. La fórmula ganadora de ese momento entre el radical Daniel Kroneberger (senador de la UCR) y Maquieyra (diputado del PRO) fue solo una jugada táctica de último momento que le convino a ambos espacios para imponerse a sus contrincantes. Solo eso, apenas una brisa de entendimiento.
La UCR y el PRO son además el agua y el aceite, no por lo que representan (al fin y al cabo son expresiones del antiperonismo) sino frente al electorado. El radicalismo con una propuesta más moderada y basada en anunciar ideas, con la consabida foto en el comité. El PRO con un discurso más punzante y el apoyo de los referentes nacionales. La UCR que parece centralizar todo en Santa Rosa y en un grupo de dirigentes; el PRO con base en el norte provincial. Tradición y novedad frente a frente.
En una elección interna como la pampeana (no es obligatoria para los votantes y solo pueden participar afiliados e independientes), que se hace en febrero con el sopor del verano y la falta de interés de la gente, la lógica indica que se puede repetir lo ocurrido en 2019. La UCR con más territorio, se impuso con su estructura al PRO, más apegado a buscar el voto independiente. Otra cosa serán después las PASO nacionales, cuando los votantes estén obligados a participar y el PRO tenga de su lado las topadoras de sus precandidatos a presidente.
La interna que se sufre
Los dos socios electorales no parecen medir las consecuencias de una división en su competencia con el peronismo, hoy un bloque político. Esta elección entre la UCR y el PRO está motivada porque primó una mirada más apegada a pelear la interna propia que a buscar la mejor fórmula para disputarle el poder al PJ. Los consensos se dejaron de lado para ver si se avanza o se defienden posiciones dentro de JxC, o sea cuántos diputados más se meten en la próxima Legislatura.
La oposición, finalmente, termina allando el camino al peronismo. ¿Por qué decimos esto? Porque una interna, y sobre todo entre dos fuerzas y no dos candidatos del mismo partido, termina por minar sus filas. La interna es un golpe a las posibilidades futuras. El politólogo y especialista en temas electorales, Facundo Cruz, explicaría que una confrontación entre los dos espacios tiende a debilitar la cooperación y la articulación en las generales de mayo cuando se enfrente al PJ. En criollo, en toda elección interna quedan heridos que tiran para atrás, o al menos no empujan hacia adelante. Lo que todos saben, es lo habitual.
Y también una interna lleva a confundir a un electorado independiente que podría ver a JxC como una posibilidad en las urnas. Que la alternativa al peronismo prefiera sostener la división y no permitir los consensos, hace que un votante que no sigue los entretelones políticos mire con desconfianza esa propuesta. Sobre todo cuando a nivel nacional el sello JxC es el que gana acciones y los sellos partidarios sufren una profunda crisis de representación.
El domingo será la interna de los Martín. Otra vez, como ya estamos acostumbrados, la oposición define sus candidaturas con una interna. En La Pampa, no parece disputarse la mejor opción para hacerle frente al peronismo, sino para delimitar el mapa opositor en los próximos cuatro años. El resultado sí tendrá más interés para los medios que harán su lectura en clave nacional.