Ayer martes por la mañana, se llevó adelante un acto en homenaje a tres ciudadanos piquenses fundamentales para la historia del Turismo local.
En este caso, la jornada fue para toda la familia con el fin de celebrar el Día Mundial del Turismo, en donde se inauguraron juegos tradicionales de piso tales como rayuelas y laberintos para la recreación de niñas y niños, una sala de lectura para las y los viajantes, y una muestra permanente de artesanías que iniciará con el trabajo de Marcelo Carrión.
A su vez, se homenajeó a Iris Campagno, dueña del Hotel CAUI que cumple 40 años; Miguel Cuello integrante del Hotel Pico con 52 años de trayectoria y parte de la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la República Argentina; y a Marcelo Carrión artesano con 24 años de experiencia.
La emotiva historia de Miguel Cuello
Miguel ingresó en el Hotel el día 1 de junio de 1970, a la temprana edad de 14 años, desempeñándose como cadete en sus inicios.
Con el paso del tiempo y labrándose un camino propio, empezó a escalar y transitar todas las funciones propias de conserjería. Asumiendo como jefe de conserjes y tiempo después llegando a la gerencia del hotel, después de un arduo trabajo y responsabilidad.
Y no solo encontraría el constante crecimiento en su carrera profesional, sino que descubriría también en el mismo ámbito, a la que sería su compañera de vida y su fiel acompañante, que lo acompañaría durante todo este trayecto vivido.
Entre los años 2000 hasta 2004 formó parte de la mesa directiva de FEGHRA, buscando aportar ideas, soluciones y mejoras a sus pares, para un mejor desempeño laboral.
Pese a que ya era efectiva su jubilación de las actividades, se dio inicio en el país una problemática que afectaba a todo el mundo. Miguel, aun así, decidió estar durante la época de pandemia y seguir aportando soluciones, para los que a su manera de ver no eran pacientes ni confinados por COVID, sino que eran huéspedes del Hotel Pico y debían ser tratados como tal.
El día 30 de junio del año 2022, después de 52 años de compartir momentos, experiencias e historias de vida, junto a compañeros, huéspedes y amigos, dio fin a su aventura en el Hotel Pico, pero dejando una marca en todos los que lo conocieron, dando así gracias a sus años, servicios y buena predisposición, sin obviar su calidad de persona.
