Por Oscar Guisoni

Las mentiras de la derecha cuando hablan de inflación

Las mentiras de la derecha cuando hablan de inflación
23 Junio, 2022 a las 15:00 hs.

Por Oscar Guisoni – El dirigente de la UCR píquense Juan Pablo Vieta hizo un análisis en Infopico Radio sobre las que, para él, son las causas de la alta inflación que padece el país. En su intervención se limitó a repetir las mentiras del discurso neoliberal que les vienen repitiendo a los argentinos estos sectores políticos y económicos desde los tiempos del nefasto Martínez de Hoz. Detrás de este discurso, que se dice técnico, se esconden intereses económicos muy claros, como podremos ver.

Según Vieta, el problema de la inflación se debe pura y exclusivamente al déficit fiscal. Por lo tanto, hay que reducir el déficit y producir “un ajuste”, “licuando” al estado (vaya término: me imagino metiendo al estado en una licuadora a un par de ministros del PRO y de la UCR) y deteniendo la obra pública, a la que califica directamente de “verso”. 

En su discurso no aparecen, ni por asomo, las causas estructurales de la alta inflación que la Argentina ha padecido casi de forma constante a lo largo de las últimas décadas. Vieta no hace mención, por ejemplo, a la alta concentración de la producción económica, que hace que sólo un puñado de grandes empresas produzcan los alimentos más esenciales como el aceite, la harina, los fideos, la yerba, entre tantos otros que forman la canasta básica de los argentinos. Esas empresas son tan poderosas, que pueden fijar los precios remarcando “por las dudas” para cubrirse de pérdidas y desabasteciendo al mercado si desde el estado se les intenta poner algún freno. ¿De qué libertad de mercado se puede hablar cuando el 80 por ciento de los fideos que consumen los argentinos los produce, bajo distintas marcas, una misma empresa?

El otro actor importante en la cadena de la locura de la remarcación son los grandes supermercados. La inflación daña la capacidad de comprar de todos los argentinos, por lo tanto cuando es alta se consume menos. Y ¡Qué hacen los grandes supermercados cuando esto ocurre? Remarcan “todo el día”, como lo admitió sin ponerse colorado recientemente el dueño de La Anónima. Así ellos se cubren de pérdidas, ya que pagan a sus proveedores a los 60 días, perjudicando tanto a los productores como a los consumidores. Y lo peor es que lo cuentan como un chiste.

El otro problema estructural, del que Vieta no dijo nada, es la fuga de divisas. La moneda argentina se deprecia también porque los sectores económicos más poderosos tienen la evasión de dólares al exterior como un deporte que practican desde hace doscientos años. Las múltiples trampas que usan, como sub facturar y sobre facturar importaciones y exportaciones, hacen que los dólares que se generan en el país terminan yendo a engordar los paraísos fiscales de otros países y no se usan para desarrollar el país. No hablar de esto, señor Vieta, es defender a estos saqueadores por omisión, como es evidente.

Por otro lado, culpar al estado por la inflación cuando en realidad es una de las víctimas, es intelectualmente deshonesto. Estos mismos sectores que se la pasan denostando al estado, son los primeros que lo saquean cada vez que pueden. ¿Qué es el gasto en subsidios en cantidad de dinero con respecto a lo que significa un estado que, como hizo Cavallo durante la dictadura, transformó toda la deuda en dólares de las grandes empresas en deuda pública? ¿Y los miles de dólares de regalo que les otorgó el gobierno de Mauricio Macri a las empresas eléctricas apenas asumió, qué tipo de gasto sería? La historia del saqueo del estado argentino por parte de las grandes empresas es tan larga que no cabe en este texto.

Para finalizar, si el ajuste que el señor Vieta reclama se llevara a cabo, el desastre sería aún mayor. ¿Cuántas empresas cerrarían y cuántos puestos de trabajo se perderían si se suspendiera la obra pública, como lo hizo en su momento el gobierno al que él perteneció? ¿Cuántas familias serían arrojadas a la miseria si se cortaran de repente todos los subsidios? ¿Acaso no sabe el economista Vieta que tanto la obra pública como el subsidio a los sectores más pobres terminan dinamizando la economía y favoreciendo a todos los actores económicos que ganan con mayores ventas? Durante el gobierno que el señor Vieta defendió se cerraron más de 40.000 Pymes por aplicar estas políticas. Los únicos que salen favorecidos, como ya lo sabemos con sangre los argentinos, cuando se aplican estos ajustes, son los grandes productores y exportadores de materias primas a los que les conviene un dólar alto, a los que les importa un pepino el bienestar de los argentinos y que salen ganando en todos los contextos económicos desde siempre, aunque hagan del llanto y del reclamo su otro deporte favorito.

Hasta que no se acabe con la fuga de divisas, hasta que no se haga una ley antimonopolios para evitar que pocas manos concentren la producción de todos los elementos que forman parte de la canasta básica de los argentinos, hasta que no se acabe con los abusos de las grandes cadenas de supermercados, la inflación será un flagelo. Y los que insistan con que las causan son el gasto público y la emisión monetaria de forma exclusiva estarán encubriendo con su discurso a los verdaderos culpables y a los principales beneficiarios del fenómeno que ellos mismos impulsan.

En esta nota hablamos de:

Noticias Relacionadas: