La mujer, que es policía, fue golpeada y encerrada en una casa por su pareja, quien también le sacó el arma y la amenazó. Ella, en un descuido de él, pudo avisar a una compañera de trabajo y lograron rescatarla. El agresor quedó detenido y tiene otras denuncias por violencia.
Los últimos días Macarena vivió un calvario. Fue golpeada y encerrada en una casa por su pareja, quien también le sacó el celular para que no pudiera comunicarse con nadie. La joven tiene 28 años, es policía y presta servicio en Tigre.
Si bien los episodios de violencia empezaron hace algunos meses, el domingo 1° de mayo Macarena tuvo miedo de morir porque su novio le desfiguró la cara, la agarró de los pelos y la tiró al piso. En un descuido de su agresor, pudo avisarle a una compañera de trabajo donde estaba y fue rescatada al día siguiente. El hombre fue detenido.
Macarena se animó a contar lo que le pasó para que otras mujeres que están en la misma situación no tengan temor a denunciar. “Esto no es amor. Esto es violencia pura. Me prometió que iba a cambiar, le creí, pero nada de lo que me dijo fue cierto”, contó angustiada la víctima a TN y La Gente.
“Me sacó el arma, me apuntó, se rió y tuve miedo de que me matara”
Macarena conoció a su expareja hace ocho meses y al poco tiempo decidieron vivir juntos. Ella se mudó al departamento de él y ahí empezaron los episodios de violencia. Recuerda que le cuestionaba la cantidad de amigos que tenía en Instagram. “Dame el celular que te voy a borrar a algunos amigos porque tenés muchos”, me dijo una vez.
Unos días después le pegó en las piernas con una raqueta de tenis. Fue en ese momento que decidió abandonar la casa que compartían y lo denunció. La justicia le aplicó una restricción perimetral. Pero él seguía contactándola a través de Facebook donde le pedía perdón, le decía que iba a cambiar y que la amaba.
Macarena creyó esas promesas y decidió darle una segunda oportunidad. Se fueron a vivir a la casa de la abuela de él que había fallecido. Lejos de encontrar paz, volvieron los episodios de violencia. “Una vez me quiso quebrar la mano. Me manipulaba todo el tiempo. Me prohibía ver a mis amigas. No me dejaba salir”, contó la joven.
Pero los momentos más dramáticos los vivió el domingo cuando después de una discusión le pegó una piña en el ojo que le desfiguró la cara. “Me sacó el arma, me apuntó, se rió y tuve miedo de que me matara. También me dijo ‘¿Querés ir con tu hermana?’. Mi hermana murió hace un tiempo. Después de eso empezó a ponerme paños fríos en la cara. Salió a comprar, se llevó mi teléfono y me dejó encerrada”, recordó la joven.
Pasaron las horas, y en esa casa donde sólo se respiraba violencia, el calvario de Macarena no había terminado porque también la agarró de los pelos, la tiró al piso y le pidió tener relaciones sexuales. Ya de noche él se acostó a dormir y la víctima pudo agarrar el teléfono y avisarle a una compañera dónde estaba. Cuando llegó la madrugada, su atacante se despertó y fue hasta la farmacia a comprar calmantes para Macarena y esta vez no se llevó su teléfono.
Aprovechó ese descuido para volver a ponerse en contacto con su compañera de trabajo y contarle en pocas palabras lo que había pasado. “Me comuniqué con ella para decirle que no iba a poder ir a trabajar y sobre todo para que supiera mi ubicación por si terminaba muerta. A las horas llegaron los patrulleros, me rescataron y a él se lo llevaron preso”, detalló.
Macarena hizo la denuncia y la causa fue caratulada como privación ilegítima de la libertad, lesiones y violencia de género. Desde la fiscalía le informaron que ya había denuncias de otras mujeres contra su expareja.
Fuente: tn.com.ar