En el marco del 40º aniversario de la Guerra de Malvinas, los piquenses que fueron parte y lucharon para defender a la patria cuentan su historia. Recuerdan detalles, personas, vestimentas y hasta el clima de aquellos días en que con unos pocos años fueron enviados a defender una batalla que ya estaba perdida.
En esta oportunidad fue Aldo González quien habló sobre todo lo vivido desde aquel 2 de abril de 1982 hasta el final de la guerra en junio del mismo año.
Aldo recuerda que zarpo hacia el sur del país el 16 de abril de 1982, donde realizaron prácticas de tiros y combate. Posteriormente, llegaron a Ushuaia, donde cargaron municiones porque finalmente se dirigían a Malvinas.
“Teníamos que hacer una práctica de abandono y cada uno tenía que correr a su lugar de balsa, fuimos todos re tranquilos y el Comandante nos dio una lavada de cabeza tremenda, porque estábamos en guerra y si íbamos de esa manera podía llegar a pasar cualquier cosa. Gracias a esas prácticas hoy podemos contar esta historia“, comenzó contando Aldo.
En su memoria quedará para siempre guardado el momento exacto en que comenzaron los bombardeos al buque. “Yo estaba en la torre 2 de la cubierta principal, fue justo cuando tomábamos la guardia que se sintió una fuerte explosión, se cortó la luz y al rato otra explosión hizo que el buque se pare. Lo que siguió después fueron gritos desesperados anunciando que había que abandonar el lugar y cada uno tenía que dirigirse a su balsa para poder salvarse“, relató el excombatiente
Por lo que a partir de ese momento comenzó la odisea para poder salir del buque con vida lo antes posible. “En ese momento corría un viento de 100 km, un muchacho se cayó al agua y duro 2 minutos y medio. Me tiré yo y otro chico al que no llegaron a rescatar. Vi el momento en que se hundió el buque, lo más triste hasta el día de hoy. Estuve por 29 hs en la balsa, nos hacíamos pis encima para calentarnos entre nosotros, éramos 13 y teníamos todo el techo desinflado“, sostuvo.
“Hasta el día de hoy estoy sufriendo los dolores de hueso por el frío, cuando me rescataron pensé que iba a poder caminar pero me desplome y recién a la noche me pudieron recuperar con masajes, porque tenían miedo de que me agarra un paro cardiaco“, manifestó Aldo.
Sobre el final, volvió a hacer referencia a las 29 horas en las que permanecieron flotando a la deriva en balsas repletas y recordó que en un momento se le ocurrió gritar para afuera, “fue ahí que se empezaron a escuchar más gritos al lado nuestro que decían ‘viva la patria’, porque estábamos todos juntos“.