Marta, una de las mujeres que forma parte del Centro de Jubilados y Jubiladas, dio detalles de la situación que viven desde hace un año, luego de que un hombre llegó al lugar asegurando que les ayudaría a llevarlo adelante y formar juntos una comisión, pero las engaño y cambió la cerradura del lugar impidiéndoles la entrada.
Marta comentó que el centro se encuentra ubicado en calle 11 y 102 y en ese lugar funcionaba desde hacía 15 años, incluso fueron ellos y ellas mismas quienes lo sacaron adelante pese a las malas condiciones estructurales en las que se encontraba en ese entonces. “Nosotros acomodamos todo el lugar porque era un galpón abandonado, levantamos las paredes y revocamos. Se hicieron baños, parrillas y se colocó la luz y gas que antes no había, estaba impecable”, afirmó.
Según comentó, hace un tiempo atrás un hombre llegó al lugar preguntando por el dueño de la comisión del Centro de Jubilados y Jubiladas y, al explicarle que no había uno, tomo la decisión de que él mismo sería el presidente para que luego el centro pueda ser de las y los jubilados. “Después empezó a gritarnos y maltratarnos, nos decía de todo, hasta que un día vinimos y nos había cambiado la cerradura porque teníamos que formar la comisión. Hace un año que nosotros no tenemos nuestro espacio”, remarcó.
Es por esto que actualmente el club Ferro Carril Oeste ofrece sus instalaciones para que el Centro de Jubilados y Jubiladas pueda llevar adelante sus actividades como con Yoga, Folklore, Memoria y Pedicura, entre otras.
“Está trabajando Fernanda Alonso y también PAMI, ahora estamos teniendo un buen apoyo por parte de las instituciones, porque son muchas nuestras actividades, el lugar se usaba un día a la semana de 14 a 18 hs”, enfatizó.
Sobre el final, Marta sostuvo “es una injusticia lo que ha hecho con nosotros, nos engañó como a chicos, porque nos dio el dulce. Somos personas grandes que creímos en la palabra, por su forma de hablar y expresarse“.