En el marco del 40º aniversario de la Guerra de Malvinas, los piquenses que fueron parte y lucharon para defender a la patria cuentan su historia. En esta oportunidad fue Sergio Payero quien rememoró todo lo vivido desde aquel 2 de abril de 1982 hasta el final de la guerra en junio del mismo año.
Recuerdan detalles, personas, vestimentas y hasta el clima de aquellos días en que con unos pocos años fueron enviados a defender una batalla que ya estaba perdida.
En esta oportunidad fue Sergio Payero quien rememoro todo lo vivido desde aquel 2 de abril de 1982 hasta el final de la guerra en junio del mismo año.
Sergio egresó de la escuela Militar en 1981 cuando tenía solo 16 años de edad y en ese entonces fue enviado a la Guerra de Malvinas. “Me mandaron al portaviones 25 de Mayo, ahí me encontré con cosas nuevas, en un desembarco de bombas y embarco de nueva munición, eso transcurrió en 20 días y un 28 de marzo zarpamos en lo que iba a ser mi primera navegación”, sostuvo.
En tanto, recordó “en ese entonces nos dieron los roles que teníamos que cumplir arriba del buque, mi especialidad era mar y servicios, por lo que mis roles eran cubrir combate con una ametralladora antiaérea, navegación silenciosa y timonel del buque donde cumplíamos guardias de 4 horas con mis compañeros. Teníamos que estar alertas, en silencio y a oscuras, me acuerdo que al principio cuando empezamos a navegar nos dijeron que nos compráramos linternas y les pusiéramos un celofán colorado para disminuir la intensidad. Nuestra navegación fue más sobre la costa, al principio salimos equipados con todos los aviones y helicópteros que tenía el portaviones hasta que fueron desembarcando en la costa argentina o iban a parar a Malvinas”.
Asimismo, aseguró “me enteré de todo el 2 de abril a la mañana, nos reunió el oficial encargado de la división en el comedor diario y cuando llegamos había un mapa de Malvinas. Nos dio una pequeña charla y ahí nos enteramos de que íbamos rumbo a tomar las islas, era una euforia bárbara, no pensas en nada, estábamos ahí para eso, algunos debían haber sabido porque antes de zarpar bajaron a dos suboficiales porque habían tenido ataques de pánico”.
De la misma manera, contó “navegamos 20 días, volvimos a aprovisionarnos y luego habremos estado 15 días más navegando, la dotación de portaviones calculo que era de 1200 personas. A partir de ahí todo era en menos tiempo, había menos comida y teníamos que demorar menos comiendo. Las raciones de agua también eran acotadas y teníamos 45 minutos de baño aunque había varias duchas, pero no alcanzaban. Nos dijeron que durmiéramos vestidos, lo único que me sacaba eran las botas, pero después la ropa la tenía puesta prácticamente las 24 horas“.
No obstante, remarcó “no tenía miedo, había mucho compañerismo entre nosotros y hacíamos guardias de entre 4 y 5 personas. No es un recuerdo muy lindo Malvinas, hay gente que brindo su vida y es medio raro lo que me pasa, casi inexplicable, siempre digo que tenía 16 años, éramos pibes, yo cumplí los 17 el 20 de junio“.
Sobre el final, rememoró “no fue una buena experiencia, porque es una guerra, pero, por otra parte, nosotros con Jose Luis Gaitán nos profesionalizamos para pasar esas situaciones, distinto fue ‘Toto’ Ghibaudo que era conscripto y tenía que ir si o si a hacer la Colimba. A nosotros nos preparaban para esto, en la escuela Militar nos enseñaban a hacer nudos y maniobras marineras, cuando salí de ahí a los 16 años me encontré con una guerra. No tenía experiencia, nos hicieron practicar un poco de tiros en el cuartel y listo, ni sabíamos a donde íbamos a ir“.