La reconocida figura local, que tiene gran presencia en la prensa y cuenta con su propio programa de televisión en TVCO, recordó la época en la que trabajo junto al emblema de la medicina argentina, René Favaloro.
Al respecto, Norma comenzó relatando que, tras finalizar el secundario en General Pico, continuó sus estudios en Buenos Aires, donde se formó como Instrumentadora Quirúrgica también en el área de la Microbiología orientada a la cirugía. “En ese contexto trabajaba con una doctora alemana a quien le planté mi inquietud, ya que ella trabaja con Favaloro, así que escuchó mi deseo y al otro día me llevó de la mano y ya estaba en el área de la cirugía de la Fundación Favaloro“, expresó Norma.
En tanto, recordó que su trabajo era preparar a los pacientes para la posterior intervención que haría el Dr. Favaloro. “Él se dedicaba exclusivamente al bypass, la parte más fina y una vez que terminaba su trabajo específico, se retiraba y los equipos seguíamos trabajando. El área de trabajo era del primer mundo, cuando entre creía que eso era la NASA, el manejo y toda la infraestructura interna de los quirófanos, y de toda la Fundación Favaloro, los materiales, el manejo de los pacientes, el nuestro y la disciplina, nunca viví algo igual”, indicó.
Cabe recordar que en el año 1962 Favaloro decidió viajar a Estados Unidos e incorporarse al servicio de Cirugía Torácica y Cardiovascular de la Cleveland Clinic. Trabajó primero como residente y luego como miembro del equipo de cirugía. Fue ahí donde comenzó su tarea fundamental: la cirugía de revascularización miocárdica. La estandarización de esta técnica llamada ”bypass” fue el trabajo más importante de su carrera, lo cual hizo que su prestigio trascendiera los límites de ese país, puesto que el procedimiento cambiaría radicalmente la historia de la enfermedad coronaria.
“Trabajar en cardiovascular tiene sus momentos tensos, de vida o muerte, y él en esos momentos era cuando más calma tenía, estaba al lado mío y me decía ‘bueno ahora anda preparando alguna sutura’ y charlaba sobre caballos y el campo. A mí me estallaba la cabeza por estar al lado de semejante maestro y ser humano”, destacó Norma.
El profundo amor por su patria hizo que Favaloro decidiera regresar a Argentina en 1971, con el sueño de desarrollar un centro de excelencia similar al de la Cleveland Clinic, el cual combinara la atención médica, la investigación y la educación. Con ese objetivo creó la Fundación Favaloro, en 1975, junto con otros colaboradores y afianzó la labor que venía desarrollando desde su regreso al país. Uno de sus mayores orgullos fue el de haber formado más de cuatrocientos cincuenta residentes provenientes de todos los puntos de Argentina y América Latina.
En el año 2000, cuando Argentina experimentaba una crisis económica y política profunda, la Fundación Favaloro también sufría la peor de sus épocas en el contexto financiero, ya que debía 75 millones de dólares a consecuencia de que las más importantes obras sociales del país no realizaban sus pagos y las grandes instituciones no brindaban subsidios.
La crisis que experimentaba la fundación también se debía a los grandes principios del doctor Favaloro, puesto que no coincidían con el sistema corrupto del ambiente médico: las obras sociales pedían porcentajes de las ganancias para cancelar deudas; en el área privada, pedían comisión para enviar a pacientes de cirugía a la fundación; había una falta de apoyo del gobierno de la república, a quien Favaloro pidió ayuda en repetidas ocasiones sin recibir una respuesta oficial; además, la fundación atendía a pacientes sin distinción económica o social, aun sabiendo que no recibiría ingreso alguno. En la fundación fue necesario el recorte de personal, lo cual no pudo tolerar el doctor Favaloro.
En ese entonces el reconocido médico se encontraba en una situación desesperante y muy desilusionado, al punto de no poder tolerar que en el país se hubiera instalado un sistema que no apoyaba a la educación, ni a la salud, ni a la ciencia. Así fue como el 29 de julio del año 2000, a los 77 años de edad, tomó la trágica decisión de quitarse la vida con un disparo directo al corazón.
Por su parte, Norma permaneció algún tiempo trabajando en la Fundación hasta que finalmente tomó la decisión de regresar a La Pampa, donde su vida dio un giro de 180º. Hoy es productora y cuenta con su propio programa de televisión. Atrás quedó aquella joven instrumentadora que soñaba con conocer al prestigioso médico, ya que hoy puede darse el lujo de contarle a propios y extraños que trabajo a la par del gran René Favaloro.