COVID-19: La variante Ómicron continúa “rompiendo récords” en Córdoba

COVID-19: La variante Ómicron continúa “rompiendo récords” en Córdoba
1 Enero, 2022 a las 18:00 hs.

  • Se hacen más testeos que nunca, pero la positividad ya es mayor al 20 por ciento, el doble de la recomendada por la OMS.
  • Los cambios en los protocolos de aislamiento exigen en muchos casos un test para el alta: esto podría colapsar aún más el sistema.

No hay techo aún: el récord se bate todos los días. Y aunque en Córdoba se incremente en cada jornada el número de test de antígenos y PCR y se sumen centros para hacer el diagnóstico, ya perdimos la cuenta con Ómicron.

La variante más contagiosa del Sars-Cov2 –que tiene un R0 exponencial de 6,8, es decir: que cada caso genera casi otros siete– colapsó el sistema de detección y confirmación en la provincia.

Al menos, un consuelo: Córdoba le dio pelea. Casi uno de cada tres test en el país se hizo en las últimas semanas en la provincia. Si el dato de Córdoba es parcial y está desbordado, el reporte de casos nacional es directamente irreal.

El indicador que se utilizó a lo largo de toda la pandemia para evaluar si en cada momento era adecuado el nivel de testeo es la positividad.

Veamos cómo evolucionó en las últimas dos semanas:

  • Entre el 17 y el 23 de diciembre, el promedio diario de casos fue de 1.651 y el promedio de test, de 12.084. Eso da una positividad de 13 por ciento.
  • Entre el 24 y el 30 de diciembre, el promedio diario de casos fue de 6.514 y la media de test, de 31.659. La positividad creció a un 20,5 por ciento.

Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), ya hay subdetección por encima de un 10 por ciento, y los expertos recomiendan estar por debajo de un cinco por ciento para seguir manejando con alguna eficacia el rastreo y el aislamiento de contactos.

COLAPSO DEL TESTEO

Estos son datos cuantitativos, pero hay un indicio que no requiere mayor contrastación que la observación: el sistema está desbordado si para hacer un test se requiere de una espera de más de siete horas. Todos los que no van a hacer la cola desalentados porque no están dispuestos a ese sacrificio pueden tener una positividad igual a la de quienes sí se testean en un momento de alta circulación como el actual.

Los nuevos protocolos de aislamiento, más cortos, descomprimen el testeo en situaciones muy puntuales, pero lo siguen requiriendo para la mayoría de las altas. Esto, en un momento en el que siguen escalando los contagios y se espera una nueva alza tras las reuniones sociales de Año Nuevo, puede llevar a que el colapso del sistema sea aún mayor.

¿Se avanzará, ahora sí porque no queda otra, en medidas que descentralicen el diagnóstico, como el autotest y el autorreporte? ¿O habrá que esperar que sigan creciendo tanto el número de casos confirmados como su distancia con el número real, por el crecimiento de la positividad?

En los últimos siete días se hicieron en Córdoba 221.819 test, muchos más que en el pico de la segunda ola. Este número ya está cerca del límite operativo, en un sistema que también está muy estresado por los contagios que provocan bajas constantes en el personal.

El rechazo a la indicación de que no se aísle a los trabajadores de la salud, por ser esenciales, está en ebullición: ya circulan convocatorias a protestas de varias organizaciones que representan a algunos de los muchos sectores de los equipos sanitarios.

EL VALOR DE LAS VACUNAS

Hay un dato que preocupa a las autoridades sanitarias cómo comunicar, porque no quieren que en un recorte aberrante sea utilizado por las minoritarias pero intensas expresiones antivacunas. En las últimas dos semanas, más del 80 por ciento de los contagios se produjeron entre personas vacunadas, y por encima del 60 por ciento, con coberturas completas.

Y entre los internados con cuadros leves –que vienen creciendo, pero con una aceleración mucho menor que la de los contagios– también son mayoría los vacunados, algo que es lógico cuando ya más del 89 por ciento de la población mayor a 3 años tiene dos dosis y casi medio millón más va por la tercera aplicación.

Pero esto no quiere decir, ni por asomo, que Ómicron venza a las vacunas: los datos de Córdoba confirman que desborda la inmunidad de contagios, pero se mantiene la protección frente a enfermedad grave y muertes. Todos los internados en unidades de terapia intensiva con respirador tenían esquemas incompletos o no tenían ninguna vacuna. Y en plena escalada de casos, entre las dos primeras semanas de la irrupción de Ómicron, murieron apenas cinco personas vacunadas, cuatro con apenas una dosis.

Los internados en camas comunes reservadas a Covid-19 crecen. Pero la mayoría llega con cuadros moderados y con comorbilidades que se complican con los síntomas de la variante. Muy pocos requieren más que la colocación de una mascarilla de oxígeno, monitoreo y observación. Las vacunas son las que evitan una peor evolución en estos pacientes, los más vulnerables, la población que más sufrió en las olas anteriores, lideradas por las variantes Alpha y Gamma en el alfabeto griego con el que va renovando su pasaporte el coronavirus.

Fuente: La Voz

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