Bianca tenía 3 años, padecía leucemia y estaba sola en un Hospital, pero un médico y su pareja le cambiaron la vida: Hoy son una familia feliz

Bianca tenía 3 años, padecía leucemia y estaba sola en un Hospital, pero un médico y su pareja le cambiaron la vida: Hoy son una familia feliz
8 Agosto, 2021 a las 20:00 hs.

  • Un pediatra la vio en el hospital Notti de Mendoza y junto a su marido pidieron la adopción. “No es necesario subrogar un vientre y buscar al bebé perfecto. Todos los chicos merecen una oportunidad”.

El pediatra, Gastón Fernández (44), recorría los pasillos del Hospital Humberto Notti de Mendoza, cuando un día vio que en una habitación una niña de 3 años estaba sola y no quitaba su mirada de la pared. Su cuadro era gravísimo: tenía leucemia linfoblástica aguda. Además, presentaba un retraso madurativo.

Bianca estaba internada sola porque no tenía familiares y vivía junto a su madre en un hogar, ya que ella también sufre de retraso madurativo. Apenas la vio, Gastón se perdió en sus ojos y se lo contó a su marido, Daniel González (51), quien trabaja como oficial de banca privada.

Hace 13 años que Gastón y Daniel se conocieron, y ya pasaron 9 años de su casamiento. Pero finalmente Bianca, que hoy tiene 12 años, llegó a sus vidas para coronar y multiplicar su amor.

“Nos casamos con la idea de ser padres y, en principio, teníamos la idea de subrogar un vientre fuera del país. En un pase de guardia, me contaron que Bianca estaba internada porque había terminado una de las etapas de la quimioterapia, pero seguía en el hospital porque no tenía adónde ir. Lo llamé a Dani para contarle y enseguida la vino a ver. Cuando entró a la habitación, Bianca estaba durmiendo pero le tomó la mano… y siguió descansando sobre su mano. Los dos se enamoraron, así que después de eso fue un lío de trámites para poder tenerla con nosotros”, le contó Gastón Fernández a Infobae.

La primera vez que Gastón la vio, ella dormía en una cunita para chicos menores de 3 años, así que le quedaba chica. Estaba desnutrida, tenía el pelo muy corto por la quimio y porque tenía piojos, estaba demacrada y tenía la mirada perdida: pero siempre con la vista fija en la pared.

“Pedimos la tenencia y había varias parejas anotadas para adoptarla, pero todas desistieron por la leucemia y el retraso madurativo. Primero, nos dieron la guarda provisoria y, dos años después, la tenencia definitiva”, dijo Gastón.

Desde 2017, Bianca tiene el alta de la leucemia y hoy cursa sexto grado, ya que se encuentra muchísimo mejor de su retraso madurativo.

“Hicimos que repitiera un grado para que estuviera más acorde a sus compañeros, así que hoy casi no hace terapia extra y en la escuela solo tiene una maestra de apoyo, que colabora para que ella avance más rápido. Cuando la conocimos, no sabía hablar, no caminaba y solo miraba la pared. El tratamiento de leucemia es muy invasivo: todo el tiempo la pinchaban, pero ella nunca lloró. No hacía nada pero, al segundo día que ya estaba con nosotros, empezó a llorar y las enfermeras nos retaban en chiste, porque nos decían que ya la estábamos malcriando”, destacó.

En los primeros tiempos, cuando Bianca no podía hacer sus terapias porque por la leucemia estaba inmunosuprimida y no podía estar en contacto con mucha gente, Gastón se ocupaba de su enseñanza, mientras Daniel se encargaba de que aprendiera a caminar y saltar.

“Para que no relacionara al hospital con el abandono, cada vez que había que internarla nos turnábamos para estar con ella y hacíamos 12 horas cada uno, así no estaba sola en ningún momento. Queríamos que entendiera que nos quedábamos para siempre”, destacó.

“No sabíamos qué iba a pasar con ella, pero lo único que queríamos era que fuera feliz el tiempo estuviera. La leucemia no tiene un pronóstico demasiado sombrío, pero tiene muchísimas chances de complicaciones. De hecho, mucha gente nos decía que nos íbamos a meter en un lío por la enfermedad y por el retraso, pero yo les respondía que no me importaba porque soy médico, ambos sabíamos dónde nos metíamos y lo único que queríamos era que ella fuera feliz. Por suerte, salió todo bien y hoy estamos los tres juntos”, expresó.

“Hoy, Bianca es una reina. Es una preadolescente, pero con todos los berrinches de una adolescente. Es una nena feliz, caprichosa, activa y nosotros somos los dos tipos más felices del mundo”, agregó.

Antes de la pandemia, Bianca jugaba mucho con sus primos y sus amigos, pero ahora disfruta de hacer gimnasia, de ir a sus clases de natación, de patinar, de ir a la escuela de verano y, sobre todo, de cuidar bebés.

“Ama cuidar bebés. Cada vez que ve a uno, la perdés (risas). Su llegada nos cambió la vida: pasamos de tener una actividad muy variada, a enfocarnos al 100% en que ella saliera adelante, en sus terapias, en que crezca, que tenga lo que necesita, que sea feliz… Fue un antes y un después”, dijo.

Gastón y Daniel tenía miedo que, cuando Bianca empezara la escuela, sufriera algún maltrato o que sus compañeros le hicieran algún comentario fuera de lugar, pero nunca le pasó y los tres siempre fueron una familia más.

“Tiene todo muy claro, jamás le mentimos. Desde los 4 años, sabe que tiene una mamá que no la pudo cuidar más y que, por eso, tiene dos papás. Si alguien se lo pregunta, Bianca se lo explica. De hecho, lo hizo en su grado frente a todos sus compañeros y las maestras lloraron de la emoción. Para el resto de los chicos, que nuestra hija tuviera dos papás, fue una situación que pasó desapercibida y que tomaron con naturalidad”, destacó.

“El trámite de adopción fue muy engorroso y llevó su tiempo, pero la recompensa es gigante porque tu hijo es tu hijo: no importa si tiene tu sangre o no. Ese amor que uno da y recibe, te llena la vida. No es necesario subrogar un vientre y buscar al bebé perfecto. Todos los chicos merecen una oportunidad. A veces, uno no sabe que tiene la chance de cambiarle la vida a un niño que tiene 4, 5, 6, 7 años o más y que se la podés cambiar para siempre. Hay muchos niños que se quedan solos, porque algunos buscan solo al bebé ideal o al que tiene su sangre. No es criticable, pero hay muchos chicos que necesitan amor”, sostuvo.

A sus 12 años, Bianca tiene todo tan claro que, una vez que sus padres estaban dando una nota en un canal de televisión, se robó todo el protagonismo cuando se acercó al micrófono y pidió. “Les quiero decir que adopten a los bebés y que los quieran como sus mamás los quieren a ustedes”.

“Si uno da amor y es honesto, todo termina saliendo bien. Lo único que queremos es que, el día que Dani y yo ya no estemos, ella siga siendo feliz y pueda tener una vida plena. Es un detalle sin importancia si somos dos varones o si se tratara de dos mujeres: lo que verdaderamente importa es que se puede adoptar a un chico que tiene una enfermedad, que puede salir adelante y que puede ser feliz. Hoy, Bianca está curada y es muy feliz. Y eso, es lo único que nos importa”, finalizó.

Fuente: Infobae

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