La esposa del ex funcionario, Marcelo Torres, brindó su testimonio luego de la colocación de la estrella amarilla en el lugar del accidente que le arrebato la vida a su marido y padre de dos hijos, hace tres años atrás.
En primer lugar manifestó que nunca se imagino pintando una estrella amarilla, “menos la estrella de mi marido, es lo más triste que hago por amor a él“.
En tanto remarcó que busca que la gente logre tomar conciencia de que cuando se llega a una esquina hay que frenar, lo que no paso en el accidente que le costó la vida a su marido. “Si la persona que venia manejando la camioneta que lo choco hubiese frenado, él hoy estaría con nosotros“.
“Desde este lado es horrible porque uno no puede entender que es un accidente ni que fue el destino de él como me dijeron un montón de veces. Siento que es un acto de imprudencia total, lo único que tenia que hacer era frenar y no freno”, manifestó entre lagrimas.
En ese sentido sostuvo que “no se fue Marcelo Torres, se fue el hijo de Julio y Magdalena, el papá de Luisina y Alexis, el marido de María Eugenia y un joven de 50 años que estaba en el mejor momento de su vida“.
Por lo que explicó que cuando recibió la invitación a pintar la estrella a amarilla se sumo, ya que quiere enseñarle a la gente a tomar conciencia y que hay cosas que se pueden evitar. “A la persona que lo choco no se le cortaron los frenos, no se descompuso ni nada, venia distraído y cuando levanto la vista se encontró con la camioneta de mi marido donde incluso venía mi hijo“.
“Para la persona que lo chocó, relativamente, todo volvió a la normalidad pero para nosotros no, nunca va a volver. Una no acepta el dolor, aprende a convivir con el dolor que es totalmente diferente. Entender el nunca más es la parte más difícil de perder a una persona así, eso no es destino ni casualidad, eso es imprudencia“.
En ese sentido, fue consultada sobre cómo está en la actualidad su hijo Alexis, quien estaba junto a su padre en la camioneta al momento del accidente, con tan solo 11 años de edad y dijo que “se dio cuenta de que su papá habia muerto cuando abrió sus ojos después de que la camioneta dejo de dar vueltas y lo vio con la cabeza partida”.
“Al principio tuvo una impotencia terrible, quería encontrarse con la persona que lo chocó y matarlo de la misma manera. Una le enseña con mucho trabajo psicológico y hablando, pero es una cabeza que hoy tiene 14 años y que esta pasando un montón de somatizaciones de su cuerpo. Vas de medico en medico tratando de que tu hijo este mejor“.
Además destacó que “enseguida tomo noción de que era el único varón que habia quedado, tenia una hermana de 20 años, una mamá, una abuela y se muestra fuerte, más allá de que su cabeza este ida”.
Sobre el final, aseguró que la colocación de la estrella le genera amor, “todo lo que haga por él, aunque no esté, me sigue enamorando, porque él me amo de una manera en la que jamás nadie me va a amar. Pintar una estrella es enseñarle a la gente que hay cosas que se pueden evitar y otras que no vuelven nunca a ser como antes“, finalizó.
