- Daniel Hernández tenía Síndrome de Down y trabajaba en el local popularizado por Fontanarrosa; sus compañeros y clientes lo despidieron con emotivas palabras.
La noticia de la muerte de Daniel Hernández (44), mozo del emblemático bar El Cairo, en Rosario, entristeció a toda la comunidad. Murió el pasado 25 de mayo, la misma fecha en la que había comenzado a trabajar en el local, hace 10 años.
Dani, como le decían sus amigos, tenía Síndrome de Down y presentaba síntomas compatibles con el Covid-19, aunque estaba a la espera del resultado del test. El martes pasado, su familia tuvo dificultades para conseguir una cama y, a pesar de haber recibido oxígeno, su estado se complicó.
“Estamos todos patas para arriba, Dani era muy simpático y cariñoso con todo el mundo. Dejó un hueco muy importante”, dijo Ricardo Centurión, uno de los responsables del local, a LA NACION. Luego, describió: “Era un pibe que tenía una ganas de vivir impresionante”. Incluso, contó que Daniel era tan entusiasta que ya había programado su cumpleaños en septiembre próximo.
Era amante del teatro, el canto y el baile. Además, Daniel era fanático de Rosario Central, como Roberto “El Negro” Fontanarrosa, quien popularizó el bar ubicado en la esquina de Sarmiento y Santa Fe, en pleno corazón del microcentro rosarino. “En el tema del fútbol no se lo podía cargar así nomás. Entendía todo, la doble intención y las bromas”, recordó Centurión.
El afecto por el mozo quedó evidenciado en la cuenta de Facebook del bar, cuando el martes pasado anunciaron la triste noticia. “Con profundo dolor despedimos a un amigo. ¡Hasta siempre Dani!”, escribieron en la red social. La publicación fue acompañada de una foto de él vistiendo un delantal y sonriendo dentro del local.
Muy rápido, el posteo se llenó de comentarios de amigos, compañeros de trabajo y clientes que lo recordaban con cariño. La mayor parte hacía referencia a la buena predisposición, la amabilidad y el buen humor de Dani.
Daniel no había recibido la inoculación contra el coronavirus, a pesar de que desde la Asociación Padres Por la Igualdad Rosario (Applir) reclaman a las autoridades que las personas con discapacidad ingresen como población de riesgo en el plan oficial de vacunación contra el Covid-19.
La faceta artística
“Bailaba muy bien folclore y cumbia cruzada, porque había ido a aprender. Era un chico muy motivado”, recordó el referente del bar. A su vez, contó que cada vez que hacían un asado, Daniel era el primero en querer armar un baile. “Se prestaba para todas esas cosas”, agregó.
En el teatro, Daniel formó parte del elenco de Alicia en el país de las maravillas en el Teatro La Comedia. “Fue un éxito en el teatro y nosotros no lo pudimos ir a ver, porque las entradas se agotaron”, rememoró Centurión.
Reconocimiento
Daniel comenzó a trabajar el 25 de mayo de 2011 en El Cairo. Según recordó María Rosa Julián, presidenta Applir, en Rosario3, todo comenzó hace 10 años, cuando la ONG utilizó las instalaciones del local para grabar un spot. En esa ocasión, Dani, que se había capacitado como mozo en la institución, solicitó un puesto. “Yo ya soy mozo como ustedes”, dijo para conseguir empleo.
“Él hacía muy bien su trabajo, lo habían preparado y siempre estaba muy dispuesto. Se desenvolvía como cualquier otro”, afirmó Centurión, quien añadió que era ayudante de mozo. “Dani vino y desde ese momento quedó como uno más. Era muy trabajador. Además, tenía una muy buena relación con todos sus compañeros”, sostuvo.
Los logros de Dani fueron reconocidos en 2015, cuando la entonces intendenta Mónica Fein lo distinguió como una de las 50 personas con síndrome de Down que se habían destacado en distintos ámbitos. En esa ocasión, Daniel fue homenajeado por su desarrollo en el empleo formal.
LA NACION
