Mendoza: Un matrimonio atiende un hospital para perritos discapacitados y rescatados de la calle

Mendoza: Un matrimonio atiende un hospital para perritos discapacitados y rescatados de la calle
29 Abril, 2021 a las 11:00 hs.

Sonia y Francisco dedican tiempo, dinero y esfuerzo para darles a los animales carritos para desplazarse, atención veterinaria, techo y alimento.

Nacida y criada en el campo de Paysandú, Uruguay, y radicada en Mendoza hace 13 años, Sonia Laurenzo, tiene 70 años y un gran amor por los animales. Ella puso en marcha en esta ciudad una idea innovadora y a pulmón: un hospital para perros abandonados y discapacitados.

Junto a Francisco Guzzo -su marido, que es médico- y el apoyo de una amiga y colaboradora, Diana Starkman, esta mujer que es madre de cinco hijos alquiló una vivienda donde estos animales desprotegidos, atropellados y heridos se alimentan y se recuperan con tratamiento veterinario.

Además el hogar, situado en el departamento Las Heras, tiene un plus: la fabricación de sillas de ruedas o carritos para que los perros puedan desplazarse. Recién allí, cuando están totalmente curados, los ofrece en adopción.

LOS ANIMALES ATENDIDOS TIENEN FRACTURAS O PROBLEMAS DE COLUMNA. FOTO: CLAUDIO GUTIÉRREZ / LOS ANDES

Si bien esta iniciativa funciona desde hace casi 10 años con recursos propios y la colaboración de algunos voluntarios, Sonia intenta difundir esta misión por dos motivos fundamentales.

Por un lado, según dijo, dejar un legado para que las futuras generaciones se capaciten y prolonguen esta tarea.

Pero también para que la comunidad siga solidarizándose y no deje de aportar todo lo necesario para el trabajo cotidiano, es decir, alimento, pañales de tamaños grandes, cremas cicatrizantes, telas para vendas y artículos de limpieza e higiene, entre otros elementos.

Además, próximamente se lanzará una rifa para recaudar fondos y construir una habitación más, ya que el espacio va quedando chico.

Por ahora se recuperan allí ocho perros, aunque la cifra de internados ha llegado a 12. Como si fuera poco, realizan atenciones domiciliarias en lo referido a asistencia y alimentación.

SOLO PUEDEN ESTAR UNA CIERTAS CANTIDAD DE TIEMPO EN SUS SILLITAS DE RUEDAS PARA EVITAR LESIONES FOTO: CLAUDIO GUTIÉRREZ

Una historia ligada a los animales

“De pequeña, en el campo rescataba desde comadrejas hasta zorritos, patos, perros y gatos”, recuerda Sonia.

Los años pasaron y la inclinación por esta misión se fue incrementando. Cuando llegaron a Mendoza, la mujer observó los muchos animales callejeros en situación de vulnerabilidad y así fue que se decidieron a destinarles un hogar.

Sonia y Francisco se ocupan a diario de la alimentación y la limpieza. Un veterinario concurre con frecuencia para los controles médicos.

DIANA STARKMAN AYUDA A DOS PERRITOS FOTO: CLAUDIO GUTIÉRREZ CLAUDIO GUTIERREZ | LOS ANDES

“Necesitamos insumos porque todo se agota rápidamente y el espacio debe estar perfectamente higienizado”, comenta Sonia a Los Andes. Y agrega: “La población goza de muy buena calidad de vida”.

Según detalla la rescatista, los ocho canes están bien alimentados, castrados, vacunados, desparasitados y en excelentes condiciones de salud.

Los casos están relacionados con traumatismos diversos, columnas destruidas (es decir que no pueden volver a caminar), patas fracturadas o situaciones generales que requieren cirugías.

Allí nació la idea de fabricar los carritos, tarea a cargo de Adriano Yanelli, y que lleva “tiempo, paciencia y horas”. “El resto lo hacemos nosotros: vendamos patas, desinfectamos, alimentamos. Los animales no se dan cuenta de que tienen una discapacidad y, por instinto, quieren hacer las mismas cosas que otro sanos, aunque no controlan esfínteres. Por eso lleva tiempo”, explica la animalista.

Asimismo, Sonia controla los comportamientos, la orina y las infecciones, además de que los pacientes estén secos y limpios.

“Estamos en contra de la eutanasia por discapacidad”, agrega. Por eso el lema de Sonia y Francisco es “Sí a la vida del perrito feliz”, que se puede observar en la página “Rueditas por la vida”, la misión que fundaron.

“No somos refugio ni asociación; simplemente es una casita destinada a perros discapacitados”, diferencia la mujer.

Y suma: “Hemos atendido a perros ciegos, viejitos o descartados de peleas de pitbulls, aunque aquellos que no pueden caminar sean posiblemente los que más tiempo y atención requieren”.

Sonia brindó su mensaje esperanzador para todos los que teman adoptar un perro con dificultades motrices. “Que no tengan miedo porque es fácil, sólo hay que aprender. Y como siempre digo, la receta para ser feliz es tener al menos un perro”, concluye.

Cómo ayudar

Quienes quieran aportar alimentos y otros insumos pueden comunicarse con Sonia al 261-153132244.

Fuente: losandes.com

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