Personal de salud en Buenos Aires: escaso, agotamiento y sueldos atrasados

Personal de salud en Buenos Aires: escaso, agotamiento y sueldos atrasados
26 Abril, 2021 a las 09:53 hs.

Médicos, enfermeros y kinesiólogos que llevan más de 13 meses al frente de las terapias intensivas y las guardias COVID-19 insisten con el pedido desesperado para que la sociedad comprenda la gravedad de la situación y extreme los cuidados.

“Los que recién ingresan están haciendo un curso acelerado en medio del caos de llegada de ambulancias y sonidos de alarmas”, cuenta Alejandra Lupis jefa de la unidad de kinesiología de terapia intensiva del Hospital Meléndez. Así es un día en una guardia de coronavirus. Los recursos humanos escasean y se preparan contrarreloj a médicos residentes y enfermeros para atender la emergencia. Agotamiento, bajos salarios, estrés físico, pero también psíquico es el común denominador en el sistema público y privado de salud, pero también el pedido desesperado para que la sociedad tome conciencia de la gravedad de la situación y se extremen los cuidados.

El sistema de salud es un conjunto de engranajes en el que todos dependen del buen funcionamiento de los otros. No solo es alarmante la ocupación de camas de terapia intensiva sino también el estrés y el grado de cansancio de los distintos equipos de atención, según contaron a TN.com.ar médicos, enfermeros y kinesiólogos que llevan 13 meses al frente de las terapias intensivas y las guardias COVID-19. Según un informe de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva,cuando se preguntó sobre el nivel de agotamiento del equipo de salud (siendo 0 no agotado y 10 totalmente agotado), las respuestas fueron las siguientes: médicos: 7.9, enfermeros 7,4, y kinesiólogos 7.3.

Los terapistas todavía prefieren no hablar de colapso, porque aunque sea en una guardia o en un shock room, quien lo necesita tiene un respirador, por eso dicen que el sistema está en tensión, pero admiten que está al límite: es necesario frenar la curva de contagios.

En este contexto nació el Sindicato de Médicos Intensivistas de la República Argentina (SIMIRA). David Barbieri es miembro del gremio y dialogó con TN.com.ar sobre el momento que están atravesando. “Necesitamos que se tome conciencia de que podemos terminar muy mal. No estamos terminando muy mal por el esfuerzo que estamos poniendo”, remarcó.

Guardias de 24 horas; más de un empleo para que el sueldo alcance; estrés por no poder dar respuesta como quisieran; sobrecarga de trabajo por falta de personal; atención de paciente que no pueden ser visitados por sus familias y partes médicos virtuales, todo sobre las espaldas de médicos y enfermeros que terminan con trastornos del sueño, angustia y hasta sufriendo accidentes viales por falta de descanso.

Los sueldos son bajos. En un hospital municipal, el básico de un enfermero puede ser de apenas $10.000; en el Sanatorio Güemes los residentes intensivistas ganan entre $42.000 y $48.000 por mes, tienen solo fin de semana libre al mes y, a fuerza de reclamos, consiguieron un 10% de aumento. En el Hospital Meléndez, de Adrogué, la jefa de unidad de kinesiología de terapia intensiva tiene un sueldo de $80.000.

Alta presión y exigencia vs. sueldos bajos

Lupis trabaja desde hace 36 años en el Hospital Meléndez y su sueldo apenas alcanza los $80.000 mensuales. Pese a todo el estrés que están atravesando ama lo que hace. “Lo bueno es que se está pudiendo trabajar en equipo. Los que tenemos más experiencia podemos acompañar a los que ingresaron con poca formación y están haciendo un curso acelerado en medio del caos de llegada de ambulancias y sonidos de alarmas”, dijo al describir un día de servicio.

Para Lupis este es el “momento en el que el reconocimiento por parte del Gobierno debería venir de la mano de un aumento significativo de los sueldos”. “Realmente es muy bajo el sueldo”, remarcó.

En el Hospital Durand, Héctor Ortíz es enfermero y delegado de ATE y detalló que un enfermero ingresa con un salario de $43.000 en mano por 143 horas mensuales. Por duplicar esas horas se les otorga lo que se llama un módulo de enfermería, que apenas les suma $10.000. Es decir que por 283 horas pasan a ganar $53.000. “Así como entran se van. De las 2000 que entraron en la Ciudad, 1200 renunciaron por exceso de trabajo y salario bajo. Preocupa y mucho porque el esfuerzo es agotador”, dijo.

En el Hospital Muñiz la situación no es muy distinta. “Estamos muy abandonados. El trabajo no está bien pago si se compara con otras profesiones, por la responsabilidad ética y legal que tenemos y a la que nos exponemos”, contó una médica intensivista. También dijo que “como un solo trabajo no se puede tener, el personal vive de guardia en guardia”.

En el mismo sentido, Barbieri indicó que un médico intensivista gana entre $400 y $500 la hora y que, pese al incremento de trabajo por la atención covid, la mayoría tiene entre dos y tres empleos para sumar ingresos porque el salario no alcanza. “Eso hace que estén agotados”, dijo. Y contó que ya son varios sus colegas que sufrieron accidentes en la ruta yendo de un trabajo a otro, especialmente en el interior.

El médico intensivista, también Jefe de la Sección de la Guardia Médico Operativa del Instituto de Trasplante, trazó un paralelo entre lo que sucede con los choferes de larga distancia y el personal de la salud. “En los micros la CNRT hace inspecciones para controlar el adecuado descanso de los choferes, porque de él depende la vida de las personas que lleva, acá pasa lo mismo lo que pasa es que nadie está pendiente de esta situación”, remarcó.

Al respecto, sostuvo que “ninguna persona normal puede estar trabajando 24 horas, con el nivel que se necesita para tomar decisiones rápidas porque depende la vida de una persona”. “El nivel de cansancio y agotamiento mental y físico se fue acumulando. Si la gente está cansada nosotros también, con el agregado de que tenemos que salir a capear el personal y atender pacientes que tienen que estar solos por una cuestión epidemiológica”, agregó.

El personal de la salud está agotado, con guardias de 24 horas y más de un empleo porque el salario no les alcanza (Foto: Juan Vargas/NA)Por: JUAN VARGAS

Rocío es kinesióloga de los hospitales Bocalandro y San Miguel Arcángel. Aseguró que faltan recursos humanos, personal y se quejó también porque “los sueldos no son buenos”. “En los hospitales municipales los sueldos están por debajo de un hospital provincial, el sueldo básico de un enfermero es de $10.000″, detalló.

El humano, el recurso más importante

En el reclamo salarial coinciden todos los consultados por TN.com.ar. Sueldos bajos con trabajos sobreexigidos y en permanente estrés. Pero también apuntan que esta situación la crean un alza en la curva de contagios de coronavirus sumada a la falta de personal capacitado para atender la creciente demanda. En ese punto tampoco hay contradicción.

Lupis contó sobre la capacitación a destajo que están realizando colegas con menos experiencia, pero también personal del Sanatorio Güemes se mostró saturado por la falta de descanso y de rotación de los médicos residentes, a los que ahora se les sumó el hotel situado enfrente con personas internadas que también tienen que atender.

En la terapia intensiva del Hospital Muñiz el personal asegura que está trabajando “al 100% de sus posibilidades de mente y cuerpo” tanto médicos como el personal de enfermería, kinesiología, farmacéuticos, bioquímicos, de guardia y administrativos”.

“Estamos cansados, extenuados. El trabajo no solo es físico, sino también mental para brindar lo mejor y tratar de no caer, no bajar los brazos, no deprimirse”, contó una médica intensivista.

Según contó Barbieri, en las clínicas y hospitales “ya hay personas que están esperando lugares para internarse y hay pacientes fuera del área de terapia intensiva que tienen respirador”. “No están colapsado el sistema porque los pacientes están con respirador, pero es tensión sanitaria porque están fuera del sector. La terapia intensiva se está acercando a la puerta de calle y lo que tenemos que evitar es que salga a la calle”, graficó.

De acuerdo con la recomendación del Ministerio de Salud, en una terapia intensiva debe haber un médico cada siete camas. Según el representante de la SIMIRA eso “no se está respetando porque está totalmente sobrepasado y esto determina una caída en el nivel de atención”, debido a que los médicos debieron adaptarse para atender a pacientes fuera del área de terapia intensiva.

En un día de terapia se pueden ver desde personal de hemoterapia estresado porque por la falta de donantes de sangre no pueden responder a la demanda de los médicos, hasta enfermeros que intentan hacer videollamadas de pacientes que están lúcidos. “Tenemos que dar informes virtuales y es muy desgarrador. Tuvimos que aprender, a los golpes y rápidamente, a dar informes y contener a las familias en manera virtual y eso es angustiante”, relató Barbieri.

Fuente: tn.com.ar

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