Cierre de escuelas: el 66% de los chicos de 10 años no pueden leer y comprender un texto

Cierre de escuelas: el 66% de los chicos de 10 años no pueden leer y comprender un texto
16 Abril, 2021 a las 09:05 hs.

Es una estimación de un informe del Banco Mundial. La “pobreza de aprendizaje” subió 22% en la Argentina.

Que las escuelas cerradas generan daño en la educación ya se viene escuchando desde hace meses. Ahora, ¿cuánto se perdió concretamente en términos de aprendizajes? ¿Cuántos pasos para atrás dieron los estudiantes en los nueve meses que no tuvieron clases presenciales el año pasado?

Especialistas en educación del Banco Mundial crearon un modelo matemático que permite estimar esta pérdida para todos los países y sistemas educativos. Y en el caso argentino, calcularon que la “pobreza de aprendizaje” creció en un 22%.

¿A qué llaman “pobreza de aprendizaje”? Los expertos lo entienden como el porcentaje de chicos de 10 años que son incapaces de leer y comprender un texto sencillo, adecuado para su edad. Aquellos chicos que no pueden lograrlo serían, de acuerdo a este criterio, “pobres de aprendizaje”, debido a que este déficit también les traba el avance sobre otras áreas del conocimiento.

Para el cálculo, se toma el dato de cómo estaban los chicos en 2019, antes de que se desatara la pandemia. En el caso argentino, se sabía que el 53,9% de los chicos de 10 años ya eran “pobres de aprendizaje”. Ahora, de acuerdo al simulador elaborado por el Banco Mundial, ese porcentaje se elevó a 66,2%. Son 22% más que antes de la pandemia. Estas pérdidas, aclaran, no son iguales para todos los sectores sino que afectan principalmente al quintil inferior en la escala de ingresos.

Los expertos del Banco Mundial también hicieron cálculos con respecto a la escuela secundaria. Y estimaron que en las pruebas PISA (tomadas a alumnos de 15 años) la Argentina retrocedió 37 puntos (de 402 que obtuvo en 2018 a 365 que obtendría ahora). Esa cantidad de puntos es el equivalente a un año de estudios entero perdido para un país como la Argentina.

Este no es el único “termómetro” que mide la pérdida de aprendizaje por las pandemia. Científicos de la Universidad de Oxford y del Instituto Sueco de Investigación Social estudiaron qué pasó en Holanda durante el cierre de escuelas que duró 8 semanas.

Usaron las pruebas nacionales y encontraron que los estudiantes progresaron poco o nada en el aprendizaje desde el hogar, aumentaron las desigualdades sociales y se amplió la variación entre las escuelas. El paper fue publicado en la revista científica Proceedings for the National Academy of Ciencias (PNAS).

Holanda es uno de los países líderes en accesos de banda ancha, tiene un sistema de financiamiento escolar centralizado y equitativo, y tuvo un periodo de cierre de escuelas breve. “Las consecuencias pueden ser más espantosas en otros lugares”, dijo Per Engzell, uno de los autores.

Cómo se calcula la pérdida de aprendizajes

El índice de “pobreza de aprendizaje” se inspira un modelo original de UNESCO que toma los datos de las pruebas estandarizadas de los países, en el caso argentino las evaluaciones regionales TERCE. Esos datos son equiparados entre los países y se ajusta de acuerdo a la realidad local, teniendo en cuenta situaciones como la cantidad de chicos que no van a la escuela. De allí surgió el 53,9% original para la Argentina.

Aplicado a la pandemia, ese porcentaje luego pasa por el simulador que calcula las pérdidas por escuelas cerradas. El simulador fue armado con los conocimientos que ya se tiene sobre situaciones de pérdida de aprendizaje similares en el mundo, como un terremoto en Turquía, el Ebola en Africa y en otros contextos. También hay investigaciones sobre cuánto pierden los chicos durante las vacaciones, cuando no van a la escuela.

Todos esos datos son filtrados por la situación de cada país. Y ahí entra si hubo “programas de mitigación”, como clases virtuales y el alcance que tuvieron, si hubo cuadernillos u otras instancias de educación remota. Se toma en cuenta la cantidad de computadoras que hay en los hogares, la conectividad y cómo es el sistema educativo de cada país y la calidad del aprendizaje.

El simulador es algo así como una “caja negra”, a la que entra la “pobreza de aprendizaje” original (en la Argentina, el 53,9%), y sale la estimada por el cierre de las aulas: 66,2%. Lo mismo se hace las pruebas PISA.

“Hay que entender que esto es una simulación, que se viene haciendo y mejorando desde hace años, y que estima bien la realidad educativa de cada uno de los países. Ahora, para saber exactamente cuánto se perdió en aprendizajes en la Argentina y otros países vamos a tener que esperar a que se hagan las evaluaciones nacionales, como las que se hicieron en Holanda”, le dijo a Clarín Helena Rovner, especialista en educación del Banco Mundial.

En el caso de la Argentina son las pruebas Aprender, que fueron suspendidas el año pasado por la pandemia. Desde el Ministerio de Educación dijeron que se volverán a hacer este año. Pero eso fue antes de que se conociera que las clases presenciales volvieron a interrumpirse.

En América Latina

El Banco Mundial presentó un informe con estos datos de toda América Latina, bajo el título “Actuemos ya para proteger el capital humano de nuestros niños”. Allí se advierte que por la pandemia la región atraviesa “una crisis educativa sin precedente” y que la duración del cierre de las escuelas en América Latina ha sido más extensa que en cualquier otra región del mundo.

Por eso, afirman que “la búsqueda de mejora no se debería hacer solo para enfrentar la situación actual sino también para preparar o mejorar la educación híbrida, en la que coexisten la educación presencial y la educación a distancia en las mismas escuelas, lo que constituirá la nueva normalidad durante los próximos meses”.

El documento insta a los gobiernos de toda la región a asegurar que se cuente con financiamiento público prioritario para la educación para apoyar una reapertura segura y efectiva de las aulas.

Fuente: clarin.com

En esta nota hablamos de: