GRANDES HISTORIAS: Hermana pampeana cuenta cómo es su vida de misionera en África

GRANDES HISTORIAS: Hermana pampeana cuenta cómo es su vida de misionera en África
18 Enero, 2021 a las 18:10 hs.

La hermana pampeana Gisela Klundt Tura vivió su infancia y adolescencia en Ataliva Roca. Estuvo siempre muy presente en la Capilla María Auxiliadora en la cual había organizado un grupo misionero que llamó “Renacer”.

Con 18 años, cuando terminó la secundaria en Darregueira, y luego de rendir su última materia “inglés”, se fue de Ataliva Roca para entrar a una congregación religiosa de la que hoy es parte.

Es hermana de la congregación de la Iglesia Católica, llamada Virgen Niña y está muy feliz de pertenecer a ella.

Gisela anduvo por varios países en misión: Uruguay, Perú, Italia y vivió muchas experiencias inolvidables.

Nos cuenta que si hay algo que siempre la hizo sentir muy bien y de lo que está muy agradecida es que cada vez que regresó a Ataliva a visitar a su familia, “mis vecinos, mi gente de Ataliva me esperaba, me sentí y me siento siempre acompañada por los amigos de Ataliva” como lo expresa ella.

El año pasado fue un año muy especial para Gisela, porque esta vez fue ella quien realizó un pedido; solicitó ser misionera en África. A este permiso se lo concedieron y en enero del 2020 partió para Zambia- África a realizar una misión por tres meses; sin embargo a consecuencia de la pandemia, se cerraron las fronteras y no pudo regresar.

Durante este año en Zambia, Gisela vivió una gran experiencia que la llevó a tomar la decisión de quedarse definitivamente. “La gente de Zambia conquistó primero mis sueños y ahora mi vida… mi corazón” -nos cuenta-

Ahora vive en una típica aldea africana, una comunidad donde la mayoría habla tonga – su lengua natal- y otros inglés; donde el agua se saca de pozos con una bomba manual y la electricidad no es segura, va y viene; respecto a Internet usan el famoso módem poniendo plata cada tanto.

La comida es escasa, el principal alimento es la polenta blanca que allí le dicen “shyma”. En Zambia, dice Gisela, no hay grandes problemas civiles o sociales de guerra o persecución religiosa como en alguna otra parte de África.

Allí el problema más grande es el hambre. Son agricultores pero las lluvias van de diciembre a febrero y esto dificulta para tener un ciclo de cultivos o alimentar el ganado, incluso para el agua de los animales. Las temperaturas son elevadas entre 30 y 45 grados.

En cuanto a la pandemia de COVID-19, dice que allí se habla del tema, que saben que hay un virus, que el mundo está sufriendo, que hay una preocupación grande, pero en las aldeas no se toman las medidas que para todo el mundo la OMS está pidiendo.

Las razones son muy obvias, muchas de las casas son chozas y no tienen agua para la higiene diaria. Y el barbijo… es preferible hacer una remera o un pantalón.

Gisela cuenta lo triste que es la realidad allí por la falta de recursos y que quienes están acompañando a estas comunidades tratan de asistir y educar ya que también hay otros virus como el HIV y en otras zonas de África hay ébola y dengue.

Cuando le preguntaron qué es lo que extraña de Ataliva dice que por supuesto a la familia, a la gente; pero también la limpieza, el orden y el silencio del pueblo; el compartir un mate, un rico asado, el dulce de leche, hablar en español y hacer chistes.

“La gente en Zambia es muy acogedora… alegre… danzan mucho… pero no entienden mis chistes” culminó Gisela, con la risa que la caracteriza.

Fuente y fotos: Municipalidad de Ataliva Roca.

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