No tiene PC, ni Wi-Fi y le robaron el celular, pero logró ser abanderada e ingresar a la Facultad con 10

No tiene PC, ni Wi-Fi y le robaron el celular, pero logró ser abanderada e ingresar a la Facultad con 10
23 Diciembre, 2020 a las 13:00 hs.

Roció González Lescano (17) es de Córdoba. Estudiará Ingeniería Civil en la UTN. Es la primera universitaria de su familia.

Rocío González Lescano es un orgullo para su familia y un ejemplo de superación. Con 17 años, su apuesta al estudio la llevó a sortear diferentes obstáculos. En el año de la pandemia y la educación a distancia, no contó con computadora ni conexión a internet en su casa del barrio Santa Isabel Segunda Sección de la capital cordobesa. Pero la falta de recursos no detuvo su camino: encontró formas alternativas para que ella y sus hermanos María (11) y Daniel (16) continuaran su aprendizaje.

Rocío nació en el seno de una familia humilde. Hija de Patricia, empleada de una empresa de limpieza, y de José, que sufre diabetes y está desempleado desde hace dos años, obtuvo las mejores calificaciones de su curso, que le valieron el reconocimiento como mejor alumna y abandera del Colegio IPEM 311 Pablo Gaitán, de Córdoba. “Me da tristeza no haber podido disfrutar del cierre de la secundaria, porque es algo que quería hacer desde que entré a primer año”, le contó Rocío a este diario.

Fanática de la teoría, Historia y Geografía están en el podio de sus materias favoritas. Su curiosidad la llevó a emprender lecturas sobre la Dictadura, aprovechando los libros de la biblioteca escolar. Capacidad, responsabilidad y dedicación fueron condimentos esenciales para que ingresara con un promedio 10 en la carrera de ingeniería Civil de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN). “Voy a ser la primera universitaria de mi familia. Espero que mis hermanos hagan lo mismo. Es una manera de progresar”, subraya con un tono de entusiasmo.

Rocío es la primera universitaria de su familia. Y quiere que sus hermanos la imiten.

En diálogo con Clarín y luego de todo el esfuerzo realizado, Rocío cuenta que una mujer de Villa Carlos Paz, Claudia Peralta, la contactó para ofrecerle ayuda con una conexión Wi-Fi. Ahora, solo resta que otro ángel le facilite una computadora para que pueda continuar con su educación en el nuevo desafío que representará el nivel universitario.

—¿Cuáles fueron los principales contratiempos que tuviste este año?

—Cuando me quedaba sin datos en el celular, tuve que ir varias veces a la casa de mi tía Nilda, en el barrio Cabildo, para poder conectarme. Me sentí aislada del grupo porque no tenía acceso al Zoom para poder presenciar las clases virtuales. Mi vínculo con los profesores era por audios de WhatsApp. Tenían que explicarme el tema para que pudiera descargar el material, realizar los trabajos y luego, hacerme la devolución correspondiente. Además, hace tres semanas, me robaron el celular en la calle. Por suerte, mi tía me prestó uno para que pudiera completar las tareas.

—¿Por qué elegiste estudiar Ingeniería?

—Me gustan los números, la construcción de obras de arquitectura y las materias pesadas. También me gusta la Contabilidad y el Derecho. Quizá los estudie a futuro. Pero lo curioso es que el resultado del test vocacional fue Psicología o Filosofía, que también me atraen. Incluso, me llevaba excelente con el profesor que dictaba esas materias. De hecho, no me tomaba las mismas pruebas que a mis compañeros de curso. Me evaluaba con los exámenes de la Universidad, porque consideraba que yo daba para más.

—¿Cómo te preparaste para el ingreso a Ingeniería?

—Con mucho esfuerzo y dedicación. Primero, me inscribí, y luego descargué los cuadernillos. Acompañé el aprendizaje con las explicaciones que daban los profesores en las clases virtuales de YouTube. Una vez que pasen las Fiestas, voy a aprovechar las vacaciones para seguir preparándome.

—¿Cuáles son tus expectativas?

—Quiero terminar la carrera y sacar a mi familia adelante. Estudiar es una digna manera. Me gustaría hacer lo que mis papás no pudieron por falta de recursos. Quiero demostrarles a mis hermanos que se puede.

Fuente: clarin.com

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