Estudiantes argentinos diseñaron un sistema de detección temprana de incendios: El proyecto fue elegido por la NASA

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11 Octubre, 2020 a las 17:50 hs.

A grandes problemas, grandes soluciones. Cuando todavía una buena parte del país sufre de feroces incendios difíciles de controlar, un grupo de estudiantes argentinos diseñó un sistema mediante el cual es posible detectar un foco rápidamente y además ayudar a los bomberos para que sepan cómo se comporta.

El proyecto Track This Fire fue uno de los dos ganadores por la Ciudad de Buenos Aires del NASA Space Apps 2020, organizado por la agencia espacial de los Estados Unidos y que se llevó a cabo en 8 localidades del país el pasado fin de semana, y que ya tiene otro proyecto argentino seleccionado para pasar a la instancia internacional: el de la rosarina Victoria Lomanto, que explica las ondas gravitacionales predichas por Albert Einstein.

“Buscamos diseñar un proyecto que integre varias áreas, y nos parecía que brindar una respuesta a la problemática de los incendios era una buena idea”, explica Iván López, uno de los jóvenes que componen ZeroXygen, el grupo a cargo de esta innovación.

Ubicado dentro de la categoría Spot That Fire V3.0 del concurso, Track This Fire consiste en un sistema de comunicación compuesto por una app, una pulsera y sensores que se comunican entre sí y que permiten tener una visión en conjunto de lo que ocurre en un incendio. “Integra en un solo sistema un montón de áreas que estaban separadas: prevención, detección y ayuda a los bomberos”.

Sensores en la zona de riesgo

El sistema parte del uso de unos sensores económicos (con un costo de entre 15 y 20 dólares cada uno) que se distribuyen en una zona de riesgo y aportan información en tiempo real (humo, variaciones en la temperatura y fuego en lugares potencialmente peligrosos) para coordinar las acciones a tomar desde un centro de control.

Así, se pueden detectar potenciales focos de incendio en forma temprana, e incluso saber (si un sensor deja de funcionar, por ejemplo), si el fuego avanza peligrosamente.

Además, para la detección de los focos de incendio el sistema se nutre de la información de los satélites de la NASA. López explica que “como lamentablemente la gran mayoría de los incendios -el 90%- son intencionales, este sistema permite brindar una detección muy rápida para poder actuar en consecuencia”. Una vez detectado el incendio y al acudir los bomberos al lugar, Track This Fire realiza un proceso de rastreo y detección, que consiste en un brazalete con un par de botones que sirven para pedir ayuda y para la localización. Este brazalete se conecta a los celulares de quienes están en la primera línea de combate contra el fuego vía Bluetooth, “así no tienen necesidad de manipularlo en medio de su tarea”, explica López. De esa manera, pueden enviar y recibir información importante: reciben vibraciones en el brazalete desde una app, que se comunica a un centro de control, desde donde los alertan ante determinadas situaciones, para que puedan guiarse en medio de su faena.

Como hay zonas donde no llega ninguna conexión de datos, la comunicación se hace a través de un sistema de comunicación por radio denominado LORA (Low-Power Wide Area Network o redes de bajo consumo y área extensa), que es muy económico y accesible. Los sensores y sus repetidores están basados en controladores Arduino mini Pro y módulos de radio RFM95. La pulsera tiene un módulo Heltec que integra un controlador, Bluetooth y LORA.

Con un prototipo de brazalete diseñado en una impresora 3D, el grupo comprobó el uso del sistema y vio que funcionaba correctamente: “es muy fácil de usar y tiene un muy alto rango”. El equipo está formado por 4 jóvenes de entre 16 y 18 años (2 argentinos y 2 venezolanos) que junto con 2 mayores, el mentor del grupo, Daniel Comesaña y su hermano Alejandro, diseñaron el prototipo a presentar en el challenge. En el grupo hay diseñadores, expertos en telecomunicaciones y programadores.

Fanático de los satélites, López cuenta que ya conocía el desafío que proponía la NASA porque ya “había participado el año anterior más como un observador, pero este año con el equipo nos propusimos hacer un proyecto. Nos embarcamos en esta idea y terminó saliendo. Nos pusimos desde el jueves anterior hasta el lunes siguiente, estuvimos casi sin dormir para elaborarlo”.

El grupo se fundó en Puerta 18, un espacio gratuito dedicado a jóvenes de 13 a 24 años, donde se llevan a cabo distintas actividades y talleres usando herramientas tecnológicas.

“Ahí yo aprendí programación, robótica y diseño, y con los otros chicos nos conocimos haciendo un taller: nos hicimos amigos y fuimos haciendo proyectos en conjunto, y nos apoyaron en todo cuando comentamos lo de este desafío”, aclara López.

Federico Waisbaum, director de Puerta 18, cuenta que “uno de los chicos de la Fundación es bombero, y le explicó al grupo algunas de las problemáticas con las que tienen que lidiar cotidianamente, lo que los ayudó a desarrollar el sistema”.

El estudiante de Ingeniería en Informática de la UBA explica que “si bien al principio no teníamos muchas expectativas, cuando vimos la idea ya terminada nos dimos cuenta que tenía potencial. Fue una gran alegría cuando nos enteramos que habíamos ganado, justo estábamos en una videollamada y fue un momento muy fuerte”.

Hasta que anuncien a los finalistas internacionales en diciembre (de entre 400 proyectos en todo el mundo) y luego a los ganadores por cada categoría, “vamos a seguir mejorando algunas cosas pero el proyecto ya estaría. Falta más que nada financiación e implementación, la idea y los conceptos ya están listos”, concluye el joven.

Fuente: La Nación.