Victor y Ezio tuvieron que sortear obstáculos para poder encontrarse con su amiga Luciana, mujer gestante, de su hija Pilar. Le habían cargado el hisopado positivo en la aplicación y quedaron varados en Buenos Aires sin llegar a Mendoza. Finalmente, la beba nació en CABA.
Finalmente llegó el día. El lunes 5 de octubre de 2020, Ezio Quijano (34) y Víctor Aráoz (30) cumplieron su sueño: se convirtieron en papás de Pila. “Nos sentimos enamorados desde que la vimos, no se puede explicar de dónde salen tantos sentimientos hermosos para una personita tan pequeña”, le cuenta Víctor a Infobae.
Pilar, que nació a través de la gestación solidaria, pesó 2,977 kilos, midió 48 centímetros, y llegó al mundo a las 17.22 en la clínica Suizo Argentina. “Con Víctor nos turnamos para estar en la habitación con Luciana -la mujer gestante- porque por temas de prevención por Covid no dejan estar a más de un acompañante. Si todo va bien el jueves nos darían el alta”, dice el flamante padre.
Los obstáculos para lograr el sueño fueron muchos más de las que esperaban e imaginaron. Al margen del tratamiento médico y el costo económico, padecieron un agitado viaje en auto de 2.000 kilómetros sin escalas y con miedo a quedar en camino. Pero el amor lo pudo todo.
Esta historia de amor data de mucho tiempo atrás. La pareja se conoció hace 9 años. El flechazo se dio en un boliche de Buenos Aires, allá por 2011. A los dos meses ya estaban viajando juntos. Al año decidieron convivir y en 2017 vino la gran propuesta de matrimonio. “Víctor me sorprendió en Francia con su pedido de casamiento, no lo dudé, y acepté”, recuerda emocionado Ezio.
Pronto llegó el deseo de ser padres, que pudo concretarse gracias al gesto altruista de su amiga Luciana, que vive en Mendoza, y el método gestación solidaria, absolutamente legal en la Argentina. El objetivo jurídico de la gestación solidaria es que los progenitores del bebé (los comitentes) sean reconocidos por la ley como los padres legales y para eso la mujer gestante no debe tener ningún vínculo con el recién nacido.
Recorrieron muchas clínicas de Buenos Aires para interiorizarse. En un gesto conmovedor, Luciana, madre de cuatro niños, les ofreció llevar en su vientre a su bebé. Emocionados, aceptaron ese acto de amor. Se hizo la transferencia, y en febrero recibieron la noticia que iban a ser padres. Pero pronto vino la pandemia, y tuvieron que seguir el embarazo a distancia: ella en Mendoza, ellos en CABA.
Pilar tenía fecha para el 10 de octubre “pero llegó antes, en un cesárea programada”, por eso el apremio de la pareja por buscarla. “Pilar tenía que nacer sí o sí en Capital Federal para que pueda ser anotada como hija nuestra, sino tendríamos que haber ido a la justicia para anular la maternidad”, relatan.
Cuando estaban listos para ir buscar a Luciana, que ya estaba de 34 semanas, un error burocrático en la carga del resultado del hisopado de COVID-19 -que muchas provincias les solicitaron hasta llegar a Mendoza- le impedía viajar para concretar el parto. El test les dio negativo, pero se cargó como positivo.
“Organizamos todo para el viaje. Averiguamos con mi cuñado provincia por provincia todos los permisos necesarios. Nos hicimos el lunes el hisopado para estar en regla con Córdoba, que nos pedía eso. Me hice el hisopado en la clínica… a las 48 horas recibí el resultado negativo, sin embargo cuando trate de tramitar el permiso de fuerza mayor para trasladarme, me lo niegan por presentar síntomas compatibles al virus. Fue un error del sistema”, recuerda desesperado.
Ante la negativa, trató de comunicarse con la clínica para reconfirmar su hisopado negativo. Le dijeron que era correcto. “Sé que es un error de carga. Nunca tuve un síntoma y desde marzo nos cuidamos muchísimo”.
Tras nueve intentos de lograr la rectificación en Cuid.ar, y llamar al 148, decidieron salir la noche del 11 de septiembre .”En la aplicación seguíamos figurando como positivos, pero no podíamos perder más tiempo”, dice Ezio. Tenían que llegar a Desaguadero, en el límite entre San Luis y Mendoza, lugar pautado para el encuentro con Luciana. “Fue una locura de 27 horas sin paradas para hacer noche en ningún lado, debido a los controles por el Covid”, relata.
En el travesía surgieron varios obstáculos, uno de los requisitos para atravesar la provincia de Córdoba era mostrar el certificado de un hisopado negativo realizado dentro de las 48 horas previas, y la aplicación seguía sin arreglarse, pero no se encontraron por controles en la ruta. “Hicimos 1774 kilómetros en 27 horas… insólito”, confiesa el reciente padre.
Se encontraron con Luciana y volvieron a casa sin problemas. Ya en Buenos Aires, la mujer gestante se instaló en el departamento de Lomas de Zamora de la pareja para transitar las últimas semanas de gestación.
“El lunes 5 a las 8:30 de la mañana nos avisa Luciana por Whatsapp que estuvo toda la noche con pequeñas contracciones y de allí llamamos a la obstetra y nos avisó que nos preparemos para el día siguiente”, relata emocionado.
Pilar está en Neo. “Nada grave, estaba con unos problemitas. Al ser cesárea no expulsó todo el líquido amniótico, pero ya ésta tarde o mañana nos la traerán a la habitación para poder estar juntos”, cuentan.
Victor y Ezio se tomarán días de licencia para disfrutar los primeros días de Pilar. Este jueves la beba recibirá el alta. Los padres de Víctor los ayudarán el primer mes y anhelan que para esa fecha abran los vuelos de cabotaje, porque la mamá de Ezio -que vive en Corrientes, es viuda y perdió a un hijo- desea con ansias llegar para conocer a su nieta. Luciana estará viviendo en el departamento de sus amigos para recuperarse, y ayudar con su “sobrina”.
Lo desearon, lo planificaron y lo lograron. Victor, Ezio y Pilar son familia.
Fuente: infobae.com