- El joven estuvo desaparecido más de tres meses. Su cuerpo fue encontrado el 15 de agosto en un cangrejal de la zona de Villarino Viejo, en el estuario de Bahía Blanca.
A un mes de la autopsia a los restos de Facundo Astudillo Castro, el informe final determinó que el joven de 22 años sufrió una muerte violenta por ahogamiento.
El documento fue entregado a la jueza del caso María Gabriela Marrón en la sede del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) en Núñez. Se trata del análisis de los restos óseos encontrados en agosto en un cangrejal de la zona de Villarino Viejo, en el estuario de Bahía Blanca.
El informe determinó que la muerte “se produjo por asfixia por sumersión (ahogamiento)” y que “la sumersión (mecanismo asfíctico) es la causa de muerte por obstrucción de la vía aérea por el ingreso de líquidos durante el proceso de respiración bajo el agua, generando el ahogamiento (asfixia mecánica)”.
Planteó que “no se observaron signos de participación de terceras personas sobre los restos estudiados”. Además que “no surgen elementos que permitan suponer que los restos humanos hayan estado en otro ambiente distinto al del hallazgo durante el intervalo posmortem consignado”.
El documento afirmó que “se trató de una muerte violenta, por no ser natural”. Sostuvo que “el avanzado estado de esqueletización del cadáver limitó las posibilidades de conocer el modo de la muerte, no pudiendo la ciencia forense determinar con rigor científico si se trató de uno u otro modo de muerte violenta: suicida, homicida o accidental”.
Los restos “no presentaban lesiones vitales, de origen traumático”, ni otras previas a la muerte. El informe especifica que “no se evidenciaron estructuras de densidad metálica, similares a elementos que puedan corresponderse con aquellos que producen injurias o lesiones” como proyectiles de armas de fuego o segmentos de arma blanca, entre otros.
Los resultados del estudio biológico en la médula ósea “determinaron la presencia de un número significativamente alto de restos de diatomeas (algas microscópicas), coincidentes con las de las muestras ambientales de agua y sedimentos tomadas en el lugar del hallazgo”.
Según análisis de los expertos, “el fenómeno “Pink Teeth” (diente rosado o coloración rosada por transparencia del esmalte) observado en las piezas dentales anteriores del maxilar inferior, debe ser considerado orientador pero inespecífico para establecer causa de muerte”.
“El intervalo posmortem estimado, es decir el tiempo mínimo transcurrido entre la muerte y el hallazgo, sería no menor a 30 días determinados por tafonomía (acción del ambiente) y entomología (micro fauna asociada a los restos); siendo el tiempo máximo estimado del período transcurrido desde la muerte mayor, pero no pudiendo determinarse científicamente”, especificaron.
El informe sostuvo que las lesiones y pérdida de algunas piezas dentales que presentaban los restos estudiados fueron “producto de depredadores y exposición medioambiental”. De acuerdo al estudio se habrían producido por “acción de carnívoros de la familia de los cánidos de pequeño tamaño”, como el zorro pampeano o gris.
Los restos óseos además habrían estado expuestos a “la fluctuación de agua por las mareas, la presencia de invertebrados (cangrejos) y aves, entre otros”. Manifestó que “esta dinámica posiblemente generó el movimiento del cuerpo y la pérdida de las prendas de vestir”.
El informe fue entregado a la magistrada en uno de los edificios que componen el predio de la exESMA. La jueza federal 2 de Bahía Blanca encabezó la reunión acompañada por su secretaria, María Paula Riganti y los fiscales a cargo del caso, Santiago Ulpiano Martínez, Andrés Heim y Horacio Azzolín.
Del encuentro no participaron Cristina Castro, la madre de Facundo, ni sus abogados Leandro Aparicio y Luciano Peretto, que se encuentran en Pedro Luro y que fueron notificados del resultado final de la autopsia. Aparicio explicó que no viajaron a Buenos Aires porque si no a la vuelta deberían permanecer durante 14 días en cuarentena por coronavirus. Explicó que en la reunión estuvo presente la perito Virginia Creimer, en representación de la querella.
Una fuente de la investigación explicó a la agencia Télam que los expertos del EAAF realizaron una lectura completa del informe en el que se compila y articula el resultado de cada uno de los peritos de cada especialidad, luego se firmó y finalmente se entregó a la jueza, que remitió la información a la querella.
La autopsia se hizo el pasado 25 de agosto con la participación de un equipo interdisciplinario compuesto por al menos 15 peritos. De parte del EAAF participaron su director, Luis Fondebrider (antropólogo forense) y Analía Simonetto (antropóloga forense, coordinadora del Laboratorio de Antropología Forense. Además de Mercedes Salado Puerto (antropóloga forense, coordinadora de Identificación); Luis Bosio (médico forense); y Gala Maruscak (fotógrafa pericial).
Por parte del Cuerpo Médico Forense (CMF) intervinieron Roberto Cohen (médico forense); Alejandro Rullan Corna (médico forense); Marta Maldonado (odontóloga forense); Jorge Pereyra (radiólogo forense), y Mariana Selva (antropóloga forense).
En representación del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) estuvieron Nora Maidana (análisis de Diatomeas), mientras que por la Universidad del Centro (Unicen) lo hizo María Amelia Gutiérrez (Tafonomía), María Clara Álvarez (arqueóloga) y Cristian Ariel Kaufmann (Ciencias Naturales). De parte de la querella participó Creimer, especialista consultora en Medicina Legal.
El estudio forense se hizo sobre los restos esqueletizados hallados en un cangrejal cercano a la localidad de General Daniel Cerri, próximo a Bahía Blanca. Marrón y Riganti viajaron el pasado 25 de agosto a la Ciudad de Buenos Aires para participar de los estudios sobre esos restos, que a través de un estudio de ADN se confirmó que pertenecían a Facundo.
El comunicado oficial del Juzgado Federal anunció que ese informe “concluyó, con base en los distintos exámenes antropológico, odontológico, radiológico y genético, que todos los restos humanos hallados pertenecen a Facundo Astudillo Castro”. Ese estudio se hizo en un laboratorio de genética forense que el EAAF tiene en Córdoba, donde se compararon los ADN de Cristina Castro y de Luis Astudillo, padre de Facundo, con el de los restos hallados el 15 de agosto en la zona conocida como Villarino Viejo.
El caso de Facundo Astudillo Castro
A Facundo lo vieron por última vez el pasado 30 de abril, cuando en plena cuarentena por coronavirus dejó su casa de Pedro Luro para ir a Bahía Blanca a ver a su exnovia. La primera vez lo demoraron en Mayor Buratovich y la segunda en Teniente Origone. Los agentes de este último destacamento aseguran que lo dejaron seguir viaje. La Justicia intenta determinar si los efectivos de esa fuerza tuvieron participación directa en la desaparición del joven.
En este contexto surge el relato de una mujer que afirma haberlo alcanzado con su camioneta hasta el puesto fitosanitario de Bahía Blanca, en el cruce de las rutas 3 y 22. Desde allí sale un tendido ferroviario que llega hasta esa ciudad. A 800 metros de esas vías hallaron los restos óseos. La querella cree que el joven fue víctima de una desaparición forzada seguida de muerte por parte de la Bonaerense.
Fuente: TN.