La Diputada Provincial por el PJ y Vicepresidenta 1ra de la Cámara de Diputados de La Pampa, Alicia Mayoral, realizó un homenaje tras conmemorarse mañana domingo, un nuevo aniversario de la muerte de María Eva Duarte de Perón, ocurrido un 26 de julio de 1952.
“Recordar a Eva Perón en cualquier fecha, nos trae la imagen de una mujer activa, decidida a dar batallas en pos de hacer efectiva la justicia social en nuestro país. Acertadamente alejada de quienes no la entendieron, ella supo hacer de su destino una justificación colectiva, una razón de vida. La política no fue para Evita una simple proclama, sino realizaciones colmadas de derechos postergados. El voto femenino, la creación del Partido Peronista Femenino y el derecho a ser elegidas en cargos públicos, fueron hechos concretos, no teorizaciones intelectuales sin mayores pretensiones.
Seguramente que en la vorágine de su escaso tiempo por la vida pública y la juventud de sus años, cometió errores, ¿quién no los tiene? El principal error de ellos fue no haber cuidado su salud, la cual nos la quitaría tempranamente de nuestro lado.
La enseñanza de Evita para la política argentina consistió en ver la misma como una acción humanizada, distante de trabas burocráticas y miradas egoístas. El dolor del que sufre no podía esperar. Entendió con su natural inteligencia –entre muchas otras cosas-, que las mujeres podíamos iniciar un camino propio en la vida del país, independientes, reconocidas, empoderadas, habilitadas legal, social y culturalmente hablando.
Ella se puso como referente, no por vanidad, sino por efecto de su cargo al lado del Presidente de la Nación. Ninguna otra lo había hecho antes. Otras mujeres de su época, también fueron referentes sociales, intelectuales e ideológicas, pero sin la llegada popular de nuestra Evita.
Es por todo ello que Eva supo trascender el tiempo y las fronteras. El amor prodigado por generaciones de argentinos que aún hoy la aman por sus acciones en pos de los olvidados, la admiración de muchas congéneres que vieron en ella una luz de esperanza y modelo inspirador, sumado a la contundencia de su accionar político hasta el punto de perder la propia vida, no fueron relatos ficticios de una trayectoria, fueron la vida misma de alguien que se entregó a una causa noble y justa, la de hacer de otras vidas, vidas más dignas, inclusivas, justas y felices. Una revolucionaria efectiva y apasionada, una MUJER con mayúsculas, esa fue nuestra Evita”, indicó Alicia Mayoral.
