La semana pasada, su historia conmovió a todos cuando se enteró por videollamada que la leucemia había quedado atrás. Hoy, habla con ConBienestar.
Por la cuarentena, recibió la noticia más esperada por videollamada. El coronavirus les impidió estar cara para que las enfermeras le contaran que había superado el cáncer. La noticia no solo le cambió la vida a Fermín y a su familia sino que llevó una bocanada de aire fresco a la sociedad en medio del aislamiento.
“Feliz estoy, refeliz”, le expresa ahora a TN Con Bienestar el nene de ocho años, con una sonrisa de oreja a oreja, que desborda cualquier barbijo. Su mamá, Soledad Robles, también está feliz: “Estoy muy contenta, sentimos una felicidad inmensa”. Su hermana Abril completa: “¡Más que bien!”.
El aislamiento imposibilita el contacto físico, pero no el emocional. Así que Fermín aprovechó su momento en televisión para mandar saludos al papá, a la tía Cecilia -que siempre lo ayudó y acompañó-, al abuelo, a los compañeritos, a sus maestras, a su “seño Andrea”, y a las doctoras y enfermeras: “Los quiero”.
Cuando Fermín se sintió mal y trataron de averiguar qué le pasaba, todo era confuso. La mamá estaba desorientada, llena de incertidumbre y con un presentimiento negativo. Golpeaba puertas de distintos especialistas, pero ninguno lograba determinar qué le pasaba a su hijo de un año y diez meses.
Luego de varios diagnósticos errados, se dio con el correcto: tenía leucemia. Ese mismo año, en 2013, comenzó el tratamiento de quimioterapia, ocho meses internados. En plural, claro, porque su madre siempre estuvo al lado.
Siete años después, “aparecieron un montón de enfermeras con carteles diciendo que yo le había ganado al cáncer”, recrea Fermín el momento de la mejor noticia. Estaba pegado a su mamá y su hermana en su casa en Ubajay, Entre Ríos.
La madre recuerda haber sentido una emoción inmensa y Abril, un “nudo en la garganta”.
Durante la charla que mantuvo con el periodista y conductor Guillermo Lobo, el entusiasta sobreviviente entrerriano les dejó un mensaje a las personas que están bajo tratamiento: “Ojalá se curen, y hagan caso a los doctores”.
Las caras de los tres se iluminaron cuando se sumó a la conversación Mariela, la enfermera que le dio la noticia a Fermín.
“Todas las enfermeras que estábamos en su videollamada estábamos llorando, muy alegres”, explica, y continúa: “Fue una felicidad inmensa darles la noticia porque estuvieron siete años peleando y nunca se dieron por vencidos, ni Soledad ni la hermana. Siempre firmes”.
Cuando pase todo esto -explica Fermín en relación con la pandemia de coronavirus- irán a ver a las enfermeras al hospital San Roque de Paraná para “felicitarlas por todo”, “darle las gracias” y abrazarlas una por una. Con un abrazo infinito.