Por Sergio Romano

Maestros de La Pampa hacen 250 km para llevarle actividades escolares a chicos más alejados del oeste

Maestros de La Pampa hacen 250 km para llevarle actividades escolares a chicos más alejados del oeste
18 Abril, 2020 a las 16:30 hs.

En un camino perdido del llamado oeste profundo, bien adentro de Algarrobo del Águila, hay una camioneta. En la camioneta hay un chofer, Héctor Badal, y hay dos docentes, Pablo Bravo y Gabriel Badal. En la camioneta, también, hay fotocopias y un par de netbooks para que 13 chicos -3 de primaria y 10 de la secundaria- puedan seguir estudiando en medio de la suspensión de las clases por la pandemia del coronavirus Covid-19.

Pablo Bravo dice a Diario Textual que tiene 54 años, que tiene una esposa, que tiene dos hijos y que tiene ya 31 años de maestro de primaria. Tiene, también, un guardapolvo blanco que ya dejó de ser blanco. Está cubierto de polvo y arena.

Es viernes 17 de abril, son ya como las 10 de la mañana, y el chofer Héctor Badal lleva la camioneta de la escuela en un recorrido de 250 kilómetros por unas 15 casas de puesteros que viven aislados, en medio de piquillines, las bardas del Bardino, arena, algún que otro avestruz que los gambetea, desolación, casitas de ladrillos, ranchos de adobe, más arena y -en muchos casos- olvido. Finalmente, el viaje les demandará 7 horas y 15 minutos.

Bravo es uno de los maestros de la Escuela Hogar 129 de Algarrobo del Águila. Ahora tiene que ir a llevar el material didáctico que él y otros maestros y maestras -entre ellas, su esposa, también docente- han preparado para los chicos de los puestos. “A mi me gusta ir a visitarlos. Hace 27 años que soy docente y me moriré siendo docente. Nos esperan con mucha alegría”, cuenta. “Todos los maestros de las distintas áreas de aprendizaje de la escuela, ya sea de grado como de especialidad, personal de secretaria, dirección de la escuela y no docentes, más la Coordinación de Zona, trabajamos intensamente para poder concretar este viaje. También, por supuesto, el personal del colegio secundario Águilas del Oeste, quienes se suman a esta iniciativa”.

Bravo conoce cada camino, cada puesto y cada integrante de esas familias. “Incluso, hace un par de décadas, fui maestro de la mayoría de los padres de los alumnos”, dice.

Los puestos están desperdigados en el desierto pampeano. Muchas familias tienen energía solar y hasta televisión satelital. Otras ya tienen las baterías descargadas de sus equipos solares y se alumbran con faroles o velas.

En algunas casas, hay teléfonos. Cotizan en alza los irrompibles: los Nokia viejos que les da una mejor señal.

Además de tareas pedagógicas, los docentes les lleva mercadería. “Es un recorrido largo, de 250 kilómetros, por cuatro departamentos del oeste. Empezamos en Chicalcó, tocamos Puelén, luego Limay Mahuida y finalmente volvemos por Chalileo”, explica.

El primer destino es el puesto Los Dos Palenques, de la familia Corbalán. “Está a unos 70 kilómetros desde Algarrobo. Una vez subida la barda, quien nos mira gibosa y azul parafraseando a don Félix Domínguez Alcaraz, se debe encarar para el sur”, dice.

Una vez en el puesto, Pablo y Héctor charlan con los chicos. Uno de ellos, de la primaria y el otro de la secundaria.

Luego siguen al puesto Paso Maroma, de Lelo Corbalán. “Allí nos esperan Carlitos y Maxi”, cuenta. Inmediatamente, los pibes se ponen a completar la tarea.

El viaje continúa por el puesto Los Olivos, de la familia Roldán. “Está a 60 kilómetros al sur de la posta sanitaria de Árbol de la Esperanza, donde charlamos largo y tendido en el patio de la casa sobre la pandemia que nos aqueja y de la importancia de quedarnos en casa, teniendo en cuenta que es la escuela la cual se moviliza hacia los puestos”, explica Bravo. Posteriormente completan la actividad en los puestos de Peralta, Calfuán, Fuentes, Badal y Coria.

“Es un viaje largo y cansador, pero satisfactorio: podemos interrelacionarnos con las familias de estos puestos tan distantes. Nos sentimos orgullosos de la tarea que realizamos porque aportamos un granito de arena más para el fortalecimiento de las instituciones educativas en nuestro pueblo. Y esa gente nos lo hace saber dándonos las gracias por llegar y atender a sus hijos”, asegura.

Bravo es de Castex. “Me recibió en el Terciario de Castex, en el año 1988. Ya tengo 31 años de antigüedad”, dice.

Su primer destino fue Pichi Huinca. “Estuve unos meses y de ahí pasé a Colonia Emilio Mitre, entre Rucanelo y Luan Toro. En ese momento, aún llegaba el tren. Yo era el único maestro que subía al tren”, cuenta. Posteriormente, fue maestro en la Escuelita de Brandemann, del Lote 8 de Castex. “Lamentablemente, la escuelita no tenía 10 alumnos, como exigía el Gobierno, y la cerraron”, dice.

Hace 27 años recaló en Algarrobo. Tiene una fuerte militancia sindical y política. Fue secretario de Prensa de la Unión de Trabajadores de la Educación (Utelpa) y también intendente de Algarrobo entre 2003 y 2007.

“Antes no había rutas, no había asfalto, no había casi nada. Pasamos por todas. Pasaron muchos coordinadores, muchos ministros de Educación y muchos gobernadores. Nosotros siempre fuimos los mismos: somos los que estamos al pie del cañón”, cuenta. “Por esta escuela han pasado decenas de chicos. Hemos hecho de maestro, de la mamá y el papá, de psicólogo y de asistente social”.

Cómo preparar las actividades

Vanesa Trapaglia es una docente de Artes Visuales de la Escuela 129. Es una de las que, como todos sus compañeras y compañeros, prepara las tareas de los alumnos.

Dice que es de Telén y que se recibió de docente en 1990 en el Instituto de Bellas Artes de Santa Rosa.

En la Escuela 129, conoció a Pablo Bravo. Desde hace más de dos décadas, están casados y tienen dos hijos, Stéfano, de 22 años, y Romanella, de 20.

“Para los chicos de los puestos, les hago las actividades impresas de acuerdo al diseño curricular. Se las enviamos con Pablo y, a los 10 días, pasa de nuevo y retira las actividades y las corregimos”, dice.

“En el caso mío, incluso, trato de darle tareas que no requieran salir a comprar porque, como se imaginarán, no pueden salir a comprar nada porque están a kilómetros y kilómetros del pueblo. Así, por ejemplo, incluso preparo tareas para que trabajen con materiales que tienen en los puestos, como papeles e, incluso, piedras”, cuenta.

«Nos están esperando»

Gabriel Badal es referente técnico del Colegio Secundario Águilas de Oeste. Tiene 42 años, tiene una esposa, tiene dos hijos, tiene un título que dice que es profesor y tiene una, dos, tres netbooks cargadas en la camioneta que serpentea por las huellas de arena y greda. “Cuando llueve, ni te metas en estas huellas. Se forman guadales y es imposible pasar”, dice. «Imposible», insiste.

Badal es de Santa Isabel. Todos los días, de madrugada, se traslada a Algarrobo del Aguila. “Soy el asesor técnico del colegio. Estoy ayudando a cada profesor y a los chicos en los programas y tecnologías”, cuenta.

Estudió en el Liceo Informático de Santa Rosa y está casado con la docente Olga Porlay, directora del colegio Águilas de Oeste. “Ella es mi jefa”, dice. Tienen dos hijos, Alexander (22) y Elio (14).

Badal es el encargado de llevar las tareas a 10 chicos del colegio secundario, que se encuentran en sus puestos. “Son chicos a los que los conocemos de toda la vida. De lunes a viernes están en el albergue, sin ver a su familia. Nosotros, de alguna manera, somos su familia. Están en la adolescencia y uno, en cierta medida, en esos días ha hecho un poco las veces de padre”, dice.

“Me encanta ir a visitarlos porque sé que nos están esperando.  Volvés cansadísimo pero lleno porque uno se brinda a los chicos: la docencia es dar”, cuenta.

Además les lleva mercadería y también les deja algunas netbooks con actividades y documentales y películas. “Incluso la directora les prepara una caja aparte, con jugos, golosinas y galletitas”, cuenta. “Es gente que cuenta con vos. El único recurso que tienen, a veces, es que vayas a auxiliarlos. La mayoría no tienen vehículos. La mayoría usan bicicletas o caballos”, dice.

Son las 14.15 horas del viernes y el viaje llega a su fin. En 10 días, se repetirá.

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