- Los acusados por el crimen de Fernando Báez Sosa están alojados en la alcaidía de Melchor Romero, donde el juez espera que “socialicen” con otros detenidos.
Después de casi dos meses de detención, confinados en celdas grupales y aislados del resto de la población carcelaria del penal de Dolores, los ocho rugbiers de Zárate acusados del asesinato de Fernando Báez Sosa (18), están en Melchor Romero y este viernes tuvieron su momento de esparcimiento. Pudieron salir cuatro horas a un patio común de la alcaidía, donde cumplen ahora la prisión preventiva. Estaban solo ellos y caminaron bajo el sol brillante sobre una superficie que tiene dimensiones de una cancha de fútbol 5.
Los jóvenes imputados por el homicidio de Fernando, ocurrido el 18 de enero en la puerta de un boliche de Villa Gesell, estaban sorprendidos por el traslado del jueves a la noche, dispuesto por el juez de Dolores, David Mancinelli. Pero la sorpresa que también incluía recelo, viró hacia la conformidad.
Los muchachos ahora tienen celdas que ocupan de a dos y están en un pabellón -el número 6 de la Alcaidía 3 de La Plata- con otros 25 detenidos. De a poco, empezaron a tomar contacto con sus compañeros de “ranchada”. La expectativa es que comiencen a “socializar”, porque en la Unidad Penitenciaria 6 de Dolores estaban sin vínculo con los otros detenidos.
“Todos se mostraron muy educados, sumisos y atendieron cada una de las recomendaciones y órdenes que les dieron los guardias”, contó a Clarín una fuente penitenciaria. Incluso trascendió que Máximo Thomsen (20) habría flaqueado ante una de las autoridades del penal, en una entrevista de rutina: “Empezó a hablar entrecortado. Escondió la cara entre sus manos y no pudo seguir hablando”, fue la reconstrucción que obtuvo este diario de esa escena.
Thomsen, junto con Ciro Pertossi (19), Luciano (18) y Lucas Pertossi (18), Enzo Comelli (19), Matías Benicelli (20), Blas Cinalli (18) y Ayrton Viollaz (20), están imputados como autores y coautores de homicidio agravado por la brutal golpiza que terminó en la muerte de Báez Sosa en esa madrugada trágica del verano gesellino.
Más distendidos, después del primer “recreo largo” que tuvieron en la alcaidía donde hasta hace un tiempo funcionaba la ex unidad 29 de Melchor Romero, Luciano Pertossi se animó a una infidencia con un penitenciario: “El ‘rubiecito’ contó que él había llegado a lo último. Cuando todo había pasado. Que no tuvo nada que ver”, fue el comentario que deslizó un agente que estuvo en uno de los turnos de la guardia. Luciano se refería a su ubicación en el ataque contra Fernando, en la vereda, cerca de Le Brique, la madrugada del 18 de enero.
El dato no aparece en los expedientes. Los imputados nunca hablaron de las circunstancias de la golpiza fatal. Y todos mantienen un firme y persistente “pacto de silencio” en las presentaciones ante la Justicia de Dolores.
Acomodados en cuatro celdas del pabellón 6, los rugbiers tienen un estricto régimen para moverse en la penitenciaría. Allí había -de acuerdo con el último registro- 269 detenidos de manera transitoria. La cárcel 3 de Romero mantiene en forma temporaria a los procesados por delitos de varias jurisdicciones hasta que los jueces o un tribunal determinan el destino definitivo.
A las 8, todos pasan a la sala donde desayunan: en Dolores, todas las comidas eran en su celda. A las 12.30 almuerzan, a las 17.30 meriendan y a las 8 es la cena. Están monitoreados por cámaras de video y con vigilancia “de cerca”. Pueden acceder también a un “teléfono público” para hablar con sus familiares. El viernes todos lo usaron.
La decisión de trasladarlos fue resuelta por el juez en acuerdo con el SPB. Por una cuestión de logística, los ocho procesados serán sometidos a pericias psiquiátricas y otras pruebas en la Asesoría Pericial de la Suprema Corte bonaerense. Está en 122 y 40, cerca del Hipódromo. A poco menos de una hora de la alcaidía.
Las pruebas comenzarían el 13 de abril y los especialistas trasladarán a dos imputados por cada sesión. Se prevé que todo el proceso se demore unas dos semanas.
Antes, tendrán una escala judicial clave: este jueves, la Cámara Penal de Apelaciones de Dolores deberá determinar si confirma o revoca las prisiones preventivas que dispuso Mancinelli por considerarlos autores de los delitos de homicidio doblemente agravado por premeditación y alevosía. Los acusados deben presenciar esa instancia. Otra vez deberán recorrer los 220 kilómetros entre Romero y Dolores. Un letrado que revisa expedientes de presos en la alcaidía se animó a una predicción: “Estos chicos están todos muy complicados. No hay forma de que puedan zafar”. Lo dijo en términos poco jurídicos. Pero con más claridad.
Fuente: Clarín.