Iñaki Reche viajó a China el 18 de enero con su padre para visitar a su hermana que vive en Beijing y en medio de su estadía se desató la epidemia de coronavirus. Cuando volvió al país hace dos semanas, nadie los controló, afirmó en diálogo con TN.
Iñaki y su familia viajaron primero a Shanghai y la epidemia aún no era noticia. Los primeros informes sobre el virus le llegaron a través de medios argentinos. Allá, le pareció que había un intento de encubrimiento por parte de las autoridades.
“El día que llegamos a Beijing, el 23 de enero, el tema explotó en todos lados. Los casos habían aumentado a miles. Fue catastrófico”, recordó el joven neuquino.
Las bulliciosas calles de Beijing se vaciaron de una día para el otro. “Notamos un cambio tremendo, la gente empezó a taparse la cara, en la calle no se veía a nadie”, contó. Pronto las autoridades chinas empezaron a hacer controles de temperatura en lugares públicos. “No veías a nadie sin barbijo. Fue una locura el cambio”, afirmó.
Al volver al país, Iñaki y su padre se sorprendieron: no les tomaron ni siquiera la temperatura. “En la Argentina no nos hicieron ningún tipo de control. Nos habían dicho que nos iban a tomar la temperatura, que nos iban a separar…un montón de cosas, pero cuando llegamos pasó totalmente lo contrario. Agarramos las valijas y nos fuimos”, afirmó.
“Para salir de China nos hicieron todos los controles correspondientes y acá entramos al país como si nada”, insitió.
El coronavirus causa una neumonía y quienes enferman desarrollan fiebre, tos y dificultades respiratorias. Sin embargo, tanto Reche, que vive en Capital, como su papá, que vive en Neuquén, están sanos.
“No sentimos ninguno de los síntomas del coronavirus. Ya pasaron las dos semanas así que estamos tranquilos”, concluyó Reche.
El coronavirus dejó cerca de 1.900 muertos y al menos 72.300 contagiados, la mayoría en China.