Son tiempos en que las urgencias marcan la agencia de los gobiernos. Asistimos en la política nacional a la era de una economía de emergencia, un gobierno que trata de salir de la crisis con medidas para administrar la escasez y hacer frente a las deudas sociales, y esto repercute en el resto de las gestiones.
La Pampa, tanto en la Provincia como en los municipios, son parte de este presente.
El tiempo de la emergencia
El consultor Mario Riorda en una entrevista habló sobre el “encuadre dramático” como rasgo de la presidencia de Alberto Fernández. Analiza que desde el gobierno “no hay que quitarle ni un segundo de dramatismo a la situación definida como de emergencia. Un eufemismo de una palabra mayor y más potente: crisis. Estamos en crisis.
La emergencia es el soporte argumental de la excepcionalidad. En situación de emergencia, se atiende a lo importante, y todo lo demás se relega. Para las malas noticias, hay crisis. Para las buenas, también”. Y describe un nuevo relato: el de la “solidaridad”, un concepto absolutamente ideologizado, progresivo y claro. Quién más tiene, más aporta.
La Ley de Emergencia Nacional, el “dólar solidario”, la tarjeta alimentaria, los precios cuidados, por nombrar algunas medidas, son parte del rumbo del gobierno nacional que afrontar este presente, buscando aire para negociar con el FMI y los acreedores extranjeros, y tratar de estabilizar las cuentas macro. El horizonte se empezará a vislumbrar en febrero o marzo con el resultado del plan de estabilización. Ahí se definirá la economía de lo que resto del año.
Pidiendo, y esperando
En una columna anterior sobre los primeros pasos de la gestión del gobernador Sergio Ziliotto y de su estilo inicial, se habló de la catarata de anuncios y del acento puesto en la gestión en el plano comunicativo del nuevo gobierno.
Pero Ziliotto, si bien realiza anuncios apuntando a la economía local y a obras provinciales necesarias como viviendas sociales, no puede escaparle al escenario general. Necesita de los fondos nacionales para concretar los proyectos pensados. De ahí que, como otros gobernadores, haya estado en Casa Rosada reclamando la plata que le debe Nación a la provincia y también para que lleguen para obras, sobre todo para las casas. Habló también que espera que no haya más “discriminación” por parte del gobierno central.
Ziliotto pide y tiene que hacerlo. Ya todos los gobernadores han hecho lo mismo. Las visitas con foto incluida con funcionarios nacionales son la postal de estos tiempos para las principales gestiones. Tiempos de acercamientos y de vislumbrar qué puede ocurrir a futuro. Con provincias endeudadas y que requieren auxilio, el presidente ya envió anticipos para Chubut, Chaco, Río Negro, Santa Cruz y Tucumán y suspendió el Consenso Federal. Hay jurisdicciones como Buenos Aires y Santa Fe que deben votar leyes para tratar de paliar la mala situación de sus cuentas.
En este marco, ¿qué pasa con La Pampa? No está en las mismas condiciones que la gran mayoría. Pero necesita la plata de Nación para ponerse en marcha en obras y producción. De ahí que se espere que esta vez la provincia sea atendida por el nuevo gobierno peronista. Pero también el gobierno sabe que esos fondos comenzarán a llegar en la medida que la economía nacional comience a marchar. “Después del arreglo con el FMI puede empezar a moverse la cosa”, afirma un funcionario de Hacienda.
Gestiones en emergencia
La emergencia es parte de todas las gestiones golpeadas por una situación económica crítica heredada del macrismo, de la que ahora se tiene que hacer cargo el peronismo. En La Pampa Ziliotto hizo anuncios sobre sus proyectos, pero también sobre medidas para enfrentar la crisis actual. Los créditos productivos con tasas “impagables”, la necesidad de la tarjeta alimentaria, el plan de precios bajos para las fiestas de fin de año, por mencionar algunas, sirven para paliar situaciones críticas del momento, que se atienden con fondos propios.
Las municipalidades tampoco le escapan a la norma. Algunas pidieron auxilio para poder pagar el bono de fin de año a sus empleados y empleadas. Fueron asistidas 28, entre ellas Santa Rosa, General Pico y General Acha. La plata no alcanza. En Santa Rosa el boleto del colectivo se congela y la herencia de la gestión anterior en cuanto materiales, equipos e instalaciones es una queja permanente porque se tendrán que hacer cargo las autoridades actuales. En General Pico los servicios públicos concesionados con la Cooperativa muestran desfasajes, como el agua potable y cloacas y hasta el transporte público.
Los sueldos políticos en las localidades han sido un tema que es parte de esta emergencia. En cada pueblo se definió con distinto criterio: estuvieron quienes asumieron el costo económico de no aumentarse y quienes asumieron el costo social de hacerlo. En tiempos de inflación los aumentos son necesarios, pero algunos no caen tan bien como otros. Ahora llegará el momento de otras decisiones poco agradables para la sociedad como adecuar tarifas y los impuestos municipales.
En este marco la oposición ha jugado a correr de atrás al gobierno provincial en lo que pudo. Pedidos para sacar el Sircreb (que ya se había propuesto en otros momentos) o el congelamiento de tarifas a cooperativas, por ejemplo, son medidas lanzadas por los ex socios de Juntos por el Cambio para intentar beneficiar ahora a quienes fueron golpeados por el rumbo económico del macrismo que estas fuerzas sostuvieron, con más énfasis el PRO, más disimulado la UCR, durante los últimos cuatro años.
El gobierno de La Pampa analiza el rumbo del gobierno nacional y espera que pueda enderezar la economía. La esperanza está puesta en que en algún momento, lo urgente deje paso a lo importante. Que la emergencia le dé lugar a la gestión.