La Legislatura de Mendoza le puso hoy punto final a la controversial reforma minera y hubo festejos en las calles. En sesión especial, senadores y diputados, derogaron la ley 9.209, que habilitaba el uso de sustancias peligrosas como el cianuro. Al mismo tiempo dejaron en vigencia la “Ley Antiminera”, uno de los principales reclamos de los defensores del agua. Solo resta ahora un trámite formal: la promulgación del Ejecutivo para el restablecimiento total de la ley 7.722.
El proyecto de derogación, enviado días atrás por el gobernador radical Rodolfo Suárez, quien se vio acorralado por las masivas protestas sociales, que tuvieron repercusión nacional e internacional, fue tratado durante la mañana de hoy hasta pasado el mediodía en el recinto, donde se hicieron escuchar todas las voces y argumentos sobre la marcha atrás a la aprobación realizada hace tan solo 10 días.
Primero fue el turno de la Cámara Alta, donde la votación terminó con 34 voluntades afirmativas y dos negativas. “Felicito a todos los mendocinos, a las familias con niños, que se manifestaron pacíficamente. No es un problema de paz social, hay discusión social, y nos remitimos a lo que nos está diciendo la sociedad. El agua está en riesgo en todo el planeta y en Mendoza no se negocia. Ya no hace falta dinero para ser felices. Hay que ser justos, inclusivos y sustentables”, señaló Andrea Blandini, una de las pocas senadoras justicialistas que acompañó a los ciudadanos en las calles durante las protestas masivas, y que había votado en contra de la reforma. “Estamos haciendo historia, y destacamos la decisión del gobernador de escuchar la voz del pueblo, en pos de la paz social. Hoy podemos decir que la 7.722 vuelve a vivir en Mendoza”, expresó a su turno el senador socialista Fernando Alin.
Por el contrario, fueron dos senadoras de la comuna de Malargüe, en el sur provincial, las que rechazaron la anulación de la ley, ya que en esta comuna había mayor interés en desarrollar la actividad extractiva, por lo altos índices de desempleo. Se trata de las legisladoras Hilda Quiroga y Gladys Ruiz. “Somos capaces de hacer minería como ocurre en muchos países. En Malargüe se puede construir el futuro de la mano de la minería. Como dice el Presidente, hay que prender la economía”, fueron las palabras de Quiroga. En tanto, Ruiz, se despachó parafraseando a Jesús: “El cianuro tampoco debería permitirse en otras industrias, porque también contaminaría el agua. Malargüe se queda nuevamente dejado de lado, como si no existiéramos. Perdónalos señor, no saben lo que hacen”.
“El camino no fue el mejor, y debe haber una autocrítica de toda la dirigencia politica. Pero todo se hizo con la mejor intención, de darle una oportunidad a Mendoza”, expresó desde su banca el senador kirchnerista Lucas Ilardo. En tanto, el principal impulsor de la reforma, el legislador justicialista Alejandro Abraham, dijo que no se lamenta de sus acciones, a pesar de haber recibido toda clase de insultos y amenazas. “Entiendo que la minería podía ser una alternativa para los mendocinos para terminar con el flagelo de la pobreza. Hoy estamos derogando una posibilidad, de que los mendocinos tuvieran trabajo digno y en blanco. Bienvenida sea la paz social pero invito a todos a debatir cómo resolveremos el problema que tenemos”, indicó el senador, antes de votar por la derogación de la polémica iniciativa.
Luego fue el momento de la votación en Diputados, que terminó con 43 sufragios positivos y 4 negativos. También, durante la sesión especial, todos los legisladores dejaron en claro su postura. “Es difícil dar vuelta atrás a una situación consolidada, pero hay que distinguir entre la legalidad y la legitimidad, por el contexto social en el que vivimos. No podíamos desconocer el clamor popular. Tal vez faltó infomación y discusión técnica. No es oportuna esta ley, por eso tomamos esta decisión”, indicó el diputado justicialista Germán Gómez, ante la atenta mirada de sus compañeros de banca. Mientras tanto, las redes sociales ardían con duros cuestionamientos a los legisladores por haber avanzado y luego retrocedido con un plan minero que consideran “inconsulto”.
“Todo se hizo de buena fe. Se dijeron muchas cosas, pero cómo vamos a votar en contra del agua de todos. De ninguna manera íbamos a avalar algo que no cuidara nuestro principal recurso que determinó nuestros oasis productivos. Quizás nos equivocamos en las formas, sin generar mayor información desde adentro hacia afuera. Ha sido legítima la movilización popular y fue escuchada. Eso sí, también una minoría provocó hostigamiento y amenazas, pero estamos dispuestos a dialogar”, expresó a su turno la diputada radical Daniela García.
Tras la decisión final, los manifestantes demostraron su satisfacción, con banderas, pancartas y cánticos, con el lema “el agua de Mendoza no se negocia”, manteniendo el espíritu inicial que provocó un remezón político y social en tierra cuyana, a menos de un mes de la asunción del nuevo gobernador.
Fuente: La Nación.