Desde la agrupación pampeana, mediante un comunicado de prensa, expresaron su repudio al hecho que se conoció en el día de ayer cuando una joven fuera brutalmente golpeada y luego abandonada en las puertas del hospital Lucio Molas.
El comunicado titulado “Si tocan a una, nos tocan a todas”, señala:
“Desde la agrupación de mujeres Pan y Rosas (La Pampa) repudiamos el feroz ataque que sufrió Nadia, de parte de su pareja, que se dio a la fuga, luego de abandonarla en la puerta del hospital “Lucio Molas”.
La joven está internada en terapia intensiva, con diversos golpes y graves heridas de arma blanca, con pronóstico reservado y estado crítico. El hombre, Laureano González, ya contaba con antecedentes de violencia de género, y está siendo buscado por la policía de la provincia.
Algunos estudios indican que la tasa de femicidios sigue siendo relativamente parecida en los últimos 15 años, es decir que una mujer es asesinada cada 32 horas. Otros, en cambio, afirman que a mayor visibilización de la violencia, puede producirse algo que se conoce con el nombre de backlash.
Se podría explicar como una respuesta que redobla la violencia con el objetivo de disciplinar a quienes se animen a enfrentar al violento. Sin embargo, lo que sí podemos afirmar sin duda alguna es que la cadena de violencias cuyo último eslabón es el femicidio confirma su permanencia y extensión por la falta de políticas públicas en materia de género.
No basta con que la mujer haga la denuncia en la policía, ni tener el botón antipánico o la restricción perimetral. Por empezar es urgente que comience la implementación activa de la ley de Educación Sexual Integral, algo por lo que las mujeres salimos a la calle en el 2018, cuando exigimos nuestro derecho a decidir sobre nuestros cuerpos con el derecho al aborto.
Otro tema fundamental es que aquellas mujeres que vayan a denunciar un hecho violento cuenten con el acceso a abogados con patrocinio gratuito.
Deben existir hogares refugio, licencias laborales, créditos a tasa cero para acceder a una vivienda, todas herramientas que, como plantea el PTS en el Frente de Izquierda Unidad, que presentó como propuesta en el Congreso un Plan nacional de acción contra la violencia machista, debe promover y garantizar el Estado, que, por falta de decisión política y ajuste en las partidas presupuestarias, lo transforma en responsable por cada una de las mujeres que muere por la violencia machista.
El machismo es parte estructural del patriarcado, y éste a su vez es el aliado indispensable del sistema capitalista. Este binomio es fundamental para que la opresión hacia las mujeres persista. Pero entre tanto este sistema pueda cambiarse de raíz, es necesario fortalecer la lucha en las calles para conseguir medidas que, aunque funcionen como un paliativo, permitan que este flagelo no termine con una mujer muerta cada 32 horas.
Porque vivas nos queremos. Por eso necesitamos avanzar en la organización y lucha independiente de los partidos tradicionales, que un día se ponen el cartelito de “Ni una menos” hipócritamente, pero no toman medidas mínimas para garantizar las herramientas que permitan paliar este flagelo que se cobra la vida de una mujer cada 31 horas; y ni hablemos de aquellos que reprimen a trabajadoras y encumbran como héroes a la policía misógina y asesina. Ni Una Menos es nuestro grito de guerra contra todos ellos.
Nos sumamos a la convocatoria de Justicia por Nadia, el martes 17 a las 8:30, en la ciudad judicial”.
