El festival solidario “Todos por Paulina”, a beneficio de la niña que debe operarse en España de un cáncer que no se trata en el país, fue un gran éxito

El festival solidario “Todos por Paulina”, a beneficio de la niña que debe operarse en España de un cáncer que no se trata en el país, fue un gran éxito
1 Diciembre, 2019 a las 17:37 hs.

El megafestival solidario que se realizó ayer en Santiago del Estero para recaudar fondos para que Paulina Flores Oberlander pueda iniciar su tratamiento fue todo un éxito, ya que el mismo contó con una amplia agenda de artistas locales que se dieron cita para dar una muestra de solidaridad para toda la familia que desde hace un largo tiempo viene coordinando diversos eventos en toda la provincia.

Paulina Flores Oberlander tiene tres años y en agosto le diagnosticaron un neuroblastoma grado IV: es un tipo de cáncer que no tiene tratamiento en la Argentina.

Sus esperanzas dependen de un tratamiento de ensayo de inmunoterapia al que podría someterse en el hospital Sant Joan de Déu en Barcelona​. Pero sale 310.000 euros (unos 20 millones de pesos), un costo imposible para su mamá, Sofía Oberlander, y su papá, Sebastián Flores Luti, una abogada y un odontólogo de Santiago del Estero, la ciudad donde viven y trabajan.

Junto con la ayuda de toda su red familiar, iniciaron una campaña solidaria para reunir los fondos que necesitan para pagar el tratamiento, pero aún les falta el 70% del dinero.

Hasta mayo de este año, Paulina hacía lo que todas las nenas de esa edad hacen: jugaba en su casa, en lo de sus abuelas y tías, iba al parque, andaba en triciclo, armaba rompecabezas, jugaba a que era más grande y se maquillaba.

Una tarde, como le dolía el brazo, la llevaron al médico y descubrieron que tenía una fisura de codo. Si bien era raro porque los adultos a su cargo no habían registrado la caída, lo tomaron como algo que le puede pasar a cualquier nena de esa edad: un momento de la vida donde los chicos no caminan, sino que se trasladan de un lugar a otro corriendo.

A las pocas semanas de que le sacaran el yeso, empezó a tener episodios de fiebre muy alta y sostenida. La internaban, la medicaban, pero volvía a su casa y la fiebre le volvía a subir. Hasta que, a fines de julio, Paulina empezó a quejarse de que le dolía la cadera y rengueaba.

Sin un diagnóstico claro y con molestias tan intensas que algunos días hasta se transformaban en alaridos de dolor, la mamá y el papá exigieron en el Centro Provincial de Salud Infantil (CEPSI) de Santiago del Estero que autorizaran una derivación al sanatorio Allende en Córdoba.

El 31 de julio volaron en un avión sanitario y el 1° de agosto se enteraron que Paulina tenía un tumor. A partir del momento en que supieron que era un neuroblastoma grado 4, el derrotero la llevó Sofía a contactar a la madre de Benito Riñón, otro nene argentino con el mismo diagnóstico. Esta mujer le compartió todas sus coordenadas para intentar salvar la vida de su hija.

Sofía contactó al doctor Jaume Mora, director científico del servicio de Oncología y Hematología del hospital maternoinfantil San Joan de Déu en Barcelona –donde también colabora el doctor Guillermo Chantada, coordinador de Medicina de precisión del Hospital Garrahan– quien sugirió intentar un tratamiento de ensayo de inmunoterapia. Este tipo de tratamiento no se hace en nuestro país.

Aunque los ensayos de laboratorio siempre corren por cuenta de las empresas que investigan si determinados protocolos para ciertas enfermedades son efectivos o no, esa parte (la inmunoterapia) es un eslabón de todo el tratamiento al se tiene que someter Paulina: cinco ciclos de quimioterapia, una cirugía, y radioterapia. La condición para recibirlo es que se debe hacer sí o sí en ese hospital.

Si bien Paulina ya fue admitida para iniciar el tratamiento y todavía se debe recuperar de una quimioterapia paliativa que le hicieron en el sanatorio Allende de Córdoba, falta que su familia reúna el dinero suficiente para que le den un turno en el San Joan de Déu.

Es un largo y costoso recorrido –los 310.000 euros son solo para cubrir la parte médica– que la madre y padre intentarán afrontar. “Dejarán de lado sus profesiones y están dispuestos a trabajar en Barcelona de los que sea, acá Paulina tiene un 20 % de expectativa de vida”, dice Lorena Villoslada, tía abuela de la nena y quien se ocupa junto al resto de los familiares de gestionar todas las acciones solidarias.

Entre rifas, bingos y donaciones espontáneas ya reunieron el 30% del total, el 30 de noviembre habrá una peña, el grupo santiagueño Orellana Lucca ya confirmaron su participación.