La idea de que ambas instituciones educativas celebren juntas el Día de la Tradición surgió desde la Escuela de Apoyo a la Inclusión Nº 2 y desde el Colegio Juana Azurduy aceptaron rápida y gustosamente.
“Así es que los preparativos comenzaron, aproximadamente, dos semanas antes y el martes, desde temprano, los estudiantes se caracterizaron con vestimentas típicas y prepararon el papel picado para el gran baile. Por supuesto que no faltaron glosas de bienvenida y contextualización”.
En este sentido, alumnos de 1°, 3°, 4° y 6° año del turno tarde del Colegio Juana Azurduy, junto a estudiantes de la Escuela de Apoyo a la Inclusión N° 2 y a docentes de ambas instituciones, bailaron un Carnavalito y una Chacarera colectiva.
Los profes Ezequiel y Belén fueron los coordinadores, y quienes también sumaron a la ronda bailarines del público presente.
Participaron del baile por la Escuela de Apoyo a la Inclusión Nº 2 los estudiantes: Thiago Benítez, Franco Lucero, Melina Rodríguez, Milagros Frank, Carlos Flores, Jeremías, Lisandro Sarmiento, Enzo Reyes, Florencia Cuevas, y Martina Balduzzi; y los docentes Andrea Díaz, Noelia Ansaloni, Belén Pechín, Teresa Azcurra, Analía Ferreyra, Cecilia Felice, Paola Salvadori, Ezequiel Coronel, Gabriela Kiwi (Directora) y Yoana Caino (practicante de la Fac. Cs. Humanas).
“Como no podía ser de otra manera, la jornada finalizó con tortas fritas y una gran mateada grupal” aseguraron desde el Colegio.
Día de la Tradición
Recordemos que la tradición de una Nación constituye su cultura popular y se forja con las costumbres de cada región. Es la manifestación del alma de sus hombres y mujeres enraizada en su pueblo.
En ella caben todas las formas de expresión humana: la poesía, el canto, la música, las leyendas, los mitos y todo el quehacer diario que pasa de generación en generación, que perdura y se recrea desde el presente, en la memoria colectiva de todo un pueblo.
Estudiantes de 3° I de ambas instituciones, desde el espacio de Historia, aprovecharon también para presentar una maqueta sobre el desarrollo de la economía de Buenos Aires hacia la década de 1820 -favorecida por el intercambio con Inglaterra y la demanda de productos ganaderos que propició la expansión de estancias y los saladeros-.
La desunión de las provincias Unidas del Sur abrió un proceso de ruralización de la vida económica, política y social.
