Día Mundial del ACV: destacan el riesgo de malnutrición en la rehabilitación

Día Mundial del ACV: destacan el riesgo de malnutrición en la rehabilitación
29 Octubre, 2019 a las 14:40 hs.

Hoy 29 de octubre, se conmemora el Día Mundial del ACV y expertos aprovecharon para remarcar el impacto que el estado nutricional puede tener en el éxito de la recuperación tras un ACV. Insisten en que éste es un aspecto muchas veces desatendido, pero ciertamente crítico.

Especialistas destacaron que pese a que el ataque cerebrovascular (ACV) representa la tercera causa de muerte en Argentina, cerca del 90% de los casos se pueden prevenir con hábitos de vida saludables, como realizar actividad física regular, llevar una dieta equilibrada y con bajo contenido de sodio, no fumar, reducir la ingesta de alcohol, mantener un peso saludable, identificar y tratar la presión arterial, mantener el colesterol en niveles aceptables y controlar la diabetes.

Asimismo, ante un episodio, aseguran que reconocerlo tempranamente ayudará a mejorar el pronóstico, por lo que es recomendable prestar atención a síntomas como: imposibilidad de mover una parte del cuerpo, entumecimiento u hormigueo en las extremidades, dificultad para hablar, alteraciones en la visión, incoordinación o falta de equilibrio o dolor de cabeza intenso.

Ante un episodio agudo, es una patología tiempo-dependiente: cuanto antes se evalúe al paciente y se inicie el tratamiento, mayores serán las posibilidades de que su evolución sea favorable. Una vez que ya pasó el estadio agudo, se deben analizar sus causas para evitar un nuevo evento. “Quienes presenten alguna discapacidad luego del ACV deberán asistir a algún programa de rehabilitación, ya sea ambulatorio o con internación, de acuerdo al nivel de sus secuelas”, agregó la Dra. Zurru.

Entre las principales precauciones que deben tenerse en cuenta en los días posteriores al evento se encuentra el estado nutricional. Cerca del 50% de las personas que sufrieron un ACV experimenta dificultades para tragar (disfagia)[1]. Afortunadamente, la mayoría logra recuperar la función de deglución luego de 7 días, aunque entre el 11 y el 13% continúa con esta condición luego de los 6 meses.

Los pacientes con enfermedades neurológicas agudas como el accidente cerebrovascular hemorrágico o isquémico, incrementan el riesgo de malnutrición por múltiples factores: el organismo aumenta sus requerimientos calóricos diarios que, asociados a una baja ingesta por trastorno deglutorio, imposibilidad muscular para llevar a cabo las actividades cotidianas o deterioro del estado de conciencia, crean un ambiente propicio para la malnutrición.

Sin embargo, más de un tercio de los pacientes con ACV puede estar malnutrido o deshidratado ya al ingresar en el hospital, debido a comorbilidades previas. Esta condición complica su evolución y empeora el pronóstico, causando trastornos musculares como la disfagia que, a su vez, aumenta el riesgo de infecciones respiratorias, poniendo en peligro la vida de la persona.

Una de las estrategias para combatir la malnutrición consiste en actuar para asegurarse que el estado nutricional sea el mejor posible, evaluando cómo se encontraba previamente el paciente, cómo está ahora y ajustando la alimentación según esta información.

Por ejemplo, las personas pueden presentar dificultades para tragar líquidos, lo que conlleva un riesgo para la salud, ya que involuntariamente pueden aspirarlos. Por este motivo, el equipo médico puede tomar alguna resolución para evitar estas complicaciones.

En los últimos años, se han desarrollado distintos productos que modifican la consistencia de líquidos y alimentos triturados; incluso algunos mejoran el sabor y aspecto de las bebidas o comidas. Contienen almidón de maíz y distintos tipos de goma (tara, guar y xántica) que ayudan a que los alimentos tengan la consistencia adecuada prescripta por el especialista en deglución, contribuyendo a que el acto de ingesta de alimentos sea más segura.

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