Una mamá piquense dejó todo por la pasión de su hijo y ganó 30.000 pesos en quien quiere ser millonario

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24 Agosto, 2019 a las 02:17 hs.

Danilo, el hijo, de Graciela Isabel Córdoba,  quería bailar danza clásica a los 8 años y se fueron a vivir a Capital Federal.



Surgió de la Escuela de danza de Lis García Alomar. Se fueron a vivir a Buenos Aires, porque el hijo menor quería ser bailarín. Actualmente estudian en el teatro Colón.

Cuando la mamá estaba jugando por 180.000 pesos eligió la opción incorrecta y solamente ganó 30.000 pesos. Danilo realizó una pasos de baile clásico, el cual fue aplaudido por todos los presentes. 

LA HISTORIA

A los tres años, más precisamente el 25 de mayo de 2010, Danilo miraba por televisión en el living de su casa de General Pico los festejos por el Bicentenario. “En eso apareció un despliegue de danza clásica -contó su madre Graciela en Quién quiere ser millonario- y me dijo: ‘Yo quiero bailar así'”.

Fue en ese momento cuando la madre decidió dejar todo por el sueño de su hijo, aún cuando su padre tenía sus reparos: “Danilo siempre bailó en casa pero su papá no quería, supongo que por prejuicios. Entonces lo incentivó a hacer mucho deporte. Pero yo lo empecé a llevar a estudiar danza a escondidas de mi marido. Martes y jueves a la salida de la escuela le decíamos que nos íbamos a la casa de una amiga mía y en realidad iba a tomar clases de ballet”.

De esta manera, el nene fue haciéndose cada vez mejor en lo suyo, mientras la mamá descubría un mundo que desconocía. Vía Facebook, Graciela consiguió que aceptaran a su nene en un festival en Carlos Paz y viajaron los tres. Allí lo vieron algunos reconocidos artistas del género y le sugirieron aplicar para entrar en la escuela del Teatro Colón. Actualmente Danilo estudia allí, “muchas veces levantándose a las cinco de la mañana. A la tarde al colegio, y a la noche nuevamente a danza”.

Para poder preservar ese sueño, Gabriela alquila un departamento en Capital que paga con lo que gana como empleada doméstica, y como modista. Hoy, el matrimonio está separado, pero el papá de Danilo no solamente entendió cuál era el sueño de su hijo, sino que lo empezó a apoyar mucho: “Aceptó que su hijo está haciendo lo que ama, ha venido a verlo a distintas muestras y se emociona mucho. Yo le agradezco al papá porque nos apoyó siempre, y también es que podemos estar acá gracias a él. Cuando le dije que Danilo tenía la posibilidad de entrar al Colón nos ayudó mucho. Viene una vez por mes a vernos, a pesar de que estamos separados nos llevamos muy bien”.

El deseo de Graciela es trabajar y trabajar, y por eso su idea fue destinar los 30 mil pesos que ganó en comprar telas para hacer crecer su negocio. Pero el rédito no es egoísta, sino que busca transformarse en el vehículo para el siguiente paso en la carrera de su hijo: la proyección internacional. “Este año, en julio, lo becaron para el Royal Ballet de Londres, pero no pudimos viajar porque no conseguimos la plata para los pasajes. Yo mandé un mail explicando lo que pasó y vamos a volver a aplicar para la beca del año que viene. Me dijeron que si él daba con el perfil que buscaban le ofrecían terminar sus estudios en Londres. Voy a dar todo por él”.

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