Alumnos de una escuela rural de San Juan inventaron un jabón que protege las manos de sus compañeros

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22 Agosto, 2019 a las 21:30 hs.

El jabón a base del “yuyo” medicinal conocido como “pájaro bobo” fue premiado en la feria de Ciencias del departamento sanjuanino de Albardón y ahora se presentará en un certamen provincial. Los 14 alumnos visitaron dos bibliotecas y distintas herboristerías de la Ciudad de San Juan para dar con la hierba. 



Los alumnos de 6º grado de una escuela rural del poblado de La Cañada, en la provincia de San Juan, crearon un jabón cuyo ingrediente principal es una hierba nativa que ayuda a evitar que la piel de las manos se lastime por el frío.

El jabón a base del “yuyo” medicinal conocido como “pájaro bobo” fue premiado en la feria de Ciencias del departamento sanjuanino de Albardón y ahora se presentará en un certamen provincial.

Los chicos de la Escuela Primaria “José María Paz” comenzaron a desarrollar la idea con la ayuda de la maestra suplente Saida Siderol; también recibieron el aporte del Conicet y de una ingeniera agrónoma de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de San Juan.

“El apoyo de la directora y del resto de las docentes fue fundamental para conseguir datos”, contó Siderol. La docente explicó que antes de comenzar con las pruebas tuvieron que buscar información, lo cual se les dificultaba mucho, ya que la escuela, un establecimiento rural de jornada completa, no cuenta con acceso a Internet.

Los 14 alumnos visitaron dos bibliotecas y distintas herboristerías de la Ciudad de San Juan para dar con la hierba que ayude a muchos de sus compañeros a cuidar y mejorar el estado de sus manos, cuarteadas por el frío seco de la zona.

Así fue como dieron con el pájaro bobo, una planta del género Tessaria con propiedades emulsionantes y antiinflamatorias que abunda en todo el norte argentino.

Manos partidas

Nancy Falcón, directora de la Escuela, adelantó que este jabón va a beneficiar a los chicos que “venían con las manos partidas y paspaditas teniendo en cuenta el frío”.

La elaboración no fue sencilla y hubo muchos fracasos e intentos fallidos, pero siguieron adelante. “El primer jabón lo hicimos con colorante de arroz y pimentón. Nos quedaron las manos teñidas”, recuerda la docente. También le agregaron limón pero les quedó “horrible”.

Hasta que recibieron la visita de la ingeniera agrónoma Gabriela Ferresin que les aportó algunos consejos para que el proyecto llegase a buen puerto.

Con la ayuda de una multiprocesadora para trabajar la hierba, lograron obtener el producto que estaban buscando. Luego pasaron a la etapa de prueba. Así fue cómo pudieron determinar que el jabón ayudaba a mejorar notablemente la piel reseca de las manos de los niños y niñas que asisten a la Escuela.

Fuente: La Nación.