El conflicto penal se resolvió por la vía de un juicio abreviado convenido entre la fiscala de Victorica, Alejandra Moyano, el defensor Raúl Alberto Quiroga, y el propio acusado, quien aceptó su culpabilidad. El ilícito probado ocurrió el pasado 19 de agosto de 2017, a la medianoche, cuando el imputado –un cortador de ladrillos de 40 años– embistió con el vehículo que conducía a su esposa, cuando ella volvía a su casa y tras una discusión.
El juez de audiencia de Santa Rosa, Carlos Alberto Besi (foto) condenó a un hombre a seis meses de prisión en suspenso, por ser autor material y penalmente responsable del delito de lesiones leves calificadas por el vínculo y por la relación de convivencia preexistente.
De este modo, el ilícito probado ocurrió el pasado 19 de agosto de 2017, a la medianoche, cuando el imputado –un cortador de ladrillos de 40 años– embistió con el vehículo que conducía a su esposa, cuando ella volvía a su casa y tras una discusión.
El conflicto penal se resolvió por la vía de un juicio abreviado convenido entre la fiscala de Victorica, Alejandra Moyano, el defensor Raúl Alberto Quiroga, y el propio acusado, quien aceptó su culpabilidad.
En la causa se tomaron en cuenta, como elementos probatorios, la denuncia de la mujer, certificados médicos, el acta de secuestro del Renault Megane y el informe de atención a la víctima, entre otros.
Por su parte, Besi indicó que dicho episodio “no solo quedó acreditado por la prueba documental, sino también por el reconocimiento del propio imputado, lográndose así una clara correspondencia entre lo acontecido, los hechos atribuidos y la calificación jurídica que las partes le dieron”.
El juez agregó que “en ese sentido, la damnificada fue examinada en el centro médico, a escasos minutos de sucedido el hecho, constatándose lesiones en el costado derecho de su cuerpo, las cuales se corresponderían con los dichos asentados en la denuncia”.
Por último, Besi le impuso al acusado las siguientes reglas de conducta durante dos años: fijar domicilio, del que no podrá ausentarse sin previo conocimiento del juzgado de paz de la localidad donde se domicilia; someterse a su cuidado; y realizar un tratamiento psicológico.