Crónicas de La Pampa: Oscuridad y misterio durante la histórica lluvia de ceniza volcánica en 1932

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30 Junio, 2019 a las 13:00 hs.

Sin ningún tipo de dudas, este dramático suceso impactó de lleno en la mente de los pobladores de aquel tiempo que no sabían qué había pasado ni cómo reaccionar. Se vertieron las hipótesis más disparatadas para tratar de explicar un hecho climático que nadie imaginaba que podía producirse en esta región. Una escena de película se hizo realidad en dos días. Lo que parecía imposible, finalmente sucedió y hoy, a más de ochenta y siete años de este dramático suceso, es interesante recordarlo. 

Por Santiago A. Wiggenhauser. 

Calle 15 esq. 20 de General Pico en 1932 durante la caída de ceniza (Fototeca Bernardo Graff)

Calle 15 esq. 20 de General Pico en 1932 durante la caída de ceniza (Fototeca Bernardo Graff)

El domingo 10 de abril de 1932 sucedió algo extremadamente fuera de lo normal en el territorio pampeano. Extraña y literalmente comenzó a caer ceniza volcánica del cielo.

Este suceso, que sorprendió profundamente a los habitantes en aquella época, se extendió dramáticamente por el eterno lapso de unas horas hasta el lunes 11 de abril, donde muy de a poco el cielo empezó a retomar su color.

Increíblemente el cielo tomó una apariencia sumamente extraña que duró por tres días.

Por fortuna, los vecinos no se vieron visiblemente afectados por la ceniza, pero sin dudas el hecho impactó de lleno en la mente de los pobladores que no sabían qué había pasado ni cómo reaccionar, e incluso se vertieron las hipótesis más disparatadas para tratar de explicar este fenómeno que nadie imaginaba que podía darse en esta región.

A pesar de que nadie salió lastimado, los ruidos que se escucharon de forma subterránea alcanzaron una magnitud que alcanzó los 500 kilómetros a la redonda y las nubes formadas por ceniza tomaron dimensiones insospechadas.

Hasta los más incrédulos se rindieron ante este fenómeno: la oscuridad hizo que no se viera el sol, así que los vecinos recurrieron a las velas y otros artilugios para poder iluminar el interior de sus viviendas.

Lamentablemente, la enorme cantidad de ceniza que se acumuló en el suelo derivó en una serie de problemas.

Según cuentan las crónicas de la época, las cenizas afectaron gravemente los sembrados y las cabezas de ganado. También, muchos techos se derrumbaron y trajo serios inconvenientes en las vías del ferrocarril.

En palabras del historiador Luis Roldán “se cubrieron las pasturas de ceniza, se ensuciaron los bebederos, a los animales les sangraron las encías y se les gastaron los dientes, les ardían los ojos”. Además, presentaban “síntomas de asfixia y de locura, lo que los impulsaba a huir” y algunos murieron “a causa de estas complicaciones”.

Otro factor interesante de analizar fue cómo reaccionaron los vecinos ante tamaño suceso que excedía largamente lo que ellos consideraban “normal”: “algunos tuvieron miedo, ese temor los llevó en casos extremos a dramatizar el cuadro que les tocó vivir y se derramaron muchas lágrimas. Otros comenzaron por ver de qué se trataba y llevados por su curiosidad se dieron a la tarea de investigar qué era lo que había caído” relata Roldán en su artículo periodístico.

De la misma forma, el historiador asegura que otros tantos “llevados por su olfato y el olor a azufre de la que venía acompañada, la compararon con la pólvora”. Otros “en virtud del color la compararon con el cemento. Algunos con talco grueso de baja calidad” y hubo pobladores que “hasta imaginaron que podría tratarse de alguna especie de harina, con la que solía hacerse el pan negro”.

Limpieza de la calle 20 durante la caída de ceniza volcánica en General Pico (Fototeca Bernardo Graff).

Según cuenta el Diario La Reforma en sus crónicas de aquel tiempo, el fenómeno del cielo y la caída de ceniza se observó hasta Buenos Aires.

Posteriormente, con el paso del tiempo los vecinos empezaron a recibir informaciones a través de diversos medios que daban cuenta que lo que había llovido era ceniza.

Una vez que todo el mundo se enteró con lo que tenían que lidiar empezaron a buscar la mejor forma de remover la ceniza y limpiar las localidades.

En cuanto al destino de lo barrido, de acuerdo al relato de la señora Juana Collado recopilado por Roldán, “la ceniza que se extraía de las viviendas y los comercios se depositaba en el centro de la calle. De allí se llevó a la zona de los médanos de General Pico donde se enterró”.

El origen

Pero en definitiva, ¿de dónde provenían aquellas nubes formadas por cenizas? Un volcán ubicado en la región de “El Descabezado” había entrado en erupción en el país vecino de Chile y había provocado este fenómeno que alcanzó el territorio pampeano.

Debido a la masividad que logró el desplazamiento de la ceniza, traída por los fuerte vientos hasta estas tierras, también hizo lo propio con Uruguay y con Brasil.

En Chile, según los registros de Roldán, alcanzó las zonas de Rancagua y Curicó que “quedaron totalmente a oscuras, obligando a utilizar el alumbrado público de día”.

Poco a poco el paisaje fue tiñéndose de tranquilidad. Las nubes de ceniza desaparecieron paulatinamente y los pobladores encontraron la calma al ver que todo había pasado. Lentamente estas tierras empezaron a ver la luz y el verde de los pastizales.

Una escena de película se hizo realidad en dos días. Lo que parecía imposible, finalmente sucedió y hoy, a más de ochenta y siete años de este dramático suceso, es interesante recordarlo y transmitirlo.

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Artículos de consulta

-La “Lluvia de Cenizas” en La Pampa publicado por Luis Roldán el 14 de julio de 2009. 

-Libro “La caída de ceniza en La Pampa” de Irma Zanardi de Rivera.