Crónicas de La Pampa: Carlos Gardel, guitarreada y asado en General Pico y Telén

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12 Mayo, 2019 a las 14:20 hs.

El “zorzal criollo” estuvo por primera vez en el Territorio Nacional de La Pampa Central en 1912. Volvió en 1913, 1918 y 1921. En el bar “Don Pepe”, inaugurado por esos años, se escuchó por primera vez su voz, una de las promesas del tango porteño. Realizó dos funciones diarias. Carlitos era un joven muy simpático. En el aeropuerto de Medellín nació el mito. Fue el mago, el que alguna vez visitó esta tierra.

Por Santiago A. Wiggenhauser. 



A pocos años de la fundación del pueblo, Carlos Gardel visitó General Pico. También, estuvo en Telén. Comió asado y tocó la guitarra, pero sobre todo, aprovechó para descansar.

En 1912 el “zorzal criollo” estuvo por primera vez en el Territorio Nacional de La Pampa Central. Posteriormente, volvió en 1913, 1918 y 1921. Cuatro visitas del “morocho” de Buenos Aires a nuestros pagos.

En distintos momentos, varios historiadores e investigadores pampeanos dejaron registro de esta visita histórica para nuestra Provincia. Un aporte fundamental a la cultura de nuestros pueblos.

 

“Lejana tierra mía”: El primer Pico espera al “zorzal criollo”

En aquella época, el pueblo contaba con siete años y el primer intendente, Pedro Alfredo Bó tomaba las riendas del Gobierno. Un General Pico que, con la fuerza del ferrocarril, crecía a pasos agigantados.

Desde su fundación, las costumbres sociales piquenses consistían en frecuentar reuniones de amistad en los bares céntricos como el “Don Pepe” y “Centenario”.

Justamente, en el “Don Pepe”, recientemente inaugurado, se escuchó por primera vez la voz de Carlos Gardel, una de las promesas del tango porteño, que realizó dos funciones por día.

Al mismo tiempo, el cine bar “Centenario”, anunciaba películas de Charles Chaplin, Max Linder, y además, la actuación especial del dúo “Gardel-Razzano”, con la participación del guitarrista José Ricardo.

En “El Lobo Estepario”, uno de los historiadores de la obra de Gardel, el músico Daniel Mollani le explica al periodista Raúl Bertone que “entre el 1912 y el 1918 Gardel vino varias veces, muchos vecinos antiguos me lo manifestaron en su momento, seguramente transitaba las calles como un piquense más”.

Además, fue muy claro al afirmar que “estaba aquí, eso sí, con la sola finalidad de descansar, pasar unos días tranquilo y compartir asados y guitarreadas”.

 

“A la luz de un candil”: Descanso, asado y guitarra en Telén

El joven Carlos Gardel tenía una gran pasión por las carreras de caballos.

Más de una vez perdió todo lo que había ganado en alguna gira artística, apostando a los “burros”. Varios tangos de su repertorio dan fe de ello en sus letras, como en “Por una cabeza”, “Leguizamo solo”, “Palermo” y “La catedrática” entre tantos otros.

En ese viaje del año 1918, Gardel se encontró con un señor que venía desde la Capital hacia los pagos de Telén, la última estación de esa línea del ferrocarril.

El hombre se llamaba Damacio Peralta, al que siempre lo acompañaba una guitarra como para acortar el viaje con los ocasionales amigos.
Era dueño de un campo en la zona de Limay Mahuida, criaba ovejas y tenía caballos. Como buen criollo le gustaban las carreras cuadreras, comer asado y cantar.

Como se sabe, Carlitos era un joven muy simpático, así que según le contó nuestro coterráneo victoriquense Gustavo Montiel al escritor de Realicó, Carlos Rodrigo que “mientras guitarreaban y comían algo, conversaban de caballos y de costumbres criollas”.

Probablemente, don Damacio le haya mencionado a Telén, el pueblo fundado por el francés Alfonso Capdeville, que tenía luz eléctrica, fábrica de hielo y bebidas gaseosas. También, un prostíbulo cercano a la estación.

Habría sido en esas circunstancias en que Peralta lo entusiasma a Gardel para que lo acompañe a comer un asado en Telén para seguir guitarreando y cantando.

 

“Sus ojos se cerraron” en Medellín

El 24 de junio de 1935 Carlos Gardel, mientras se encontraba de gira por Colombia, junto con Alfredo Le Pera, su guitarrista Guillermo Barbieri y su secretario Corpas Moreno, falleció en un choque de dos aviones. El trágico acontecimiento sucedió al momento de despegar, sobre la pista del aeropuerto Olaya Herrera que se conocía entonces como Aeródromo “Las Playas” de la ciudad de Medellín.

Días después también morirían Alfonso Azzaf y el guitarrista Ángel Domingo Riverol.

En el accidente también murió el “as” de la aviación colombiana y dueño de la empresa aérea SACO, Ernesto Samper Mendoza, el radio operador Willis Foster, el empresario chileno Celedonio Palacios, el promotor de espectáculos Henry Swartz, así como los siete ocupantes del otro avión.
En total fueron 17 muertos. Solo hubo tres supervivientes: el guitarrista José María Aguilar, José Plaja y Grant Flynt, funcionario de SACO.

Los especialistas explicaron que el accidente se produjo cuando el avión en que viajaba Gardel, un trimotor Ford, se desvió en pleno carreteo de despegue y embistió a otro de la empresa de origen alemán SCADTA, que esperaba su turno para despegar, incendiándose ambos.

Como diría el escritor uruguayo Eduardo Galeano “invicta queda su estampa ganadora, la sombrita del sombrero sobre los ojos, la sonrisa perpetua y perfecta, por siempre joven. Sus adoradores no le hubieran perdonado la vejez”.

En el aeropuerto de Medellín, nació el mito. Es el mago, Carlos Gardel. El que alguna vez visitara esta tierra.

 

Artículos de consulta

“¿Gardel en Telén?” del Prof. Luis Ernesto Roldán

“Ese privilegio de albergar al eterno trovador” del periodista Raúl Bertone en el Lobo Estepario

“A cien años de la presentación de Carlos Gardel en Juárez” en El Fénix Digital

“Cuando Gardel estuvo en Pico” de Ruben M. Wiggenhauser

Un agradecimiento especial al músico Daniel Mollani.