La campaña para las elecciones del 19 de mayo en La Pampa ha sido hasta el momento atípica. Hay una desmotivación general.
Por Norberto Asquini
Por un lado, la sociedad está presa de sus propias preocupaciones, con una crisis galopante que golpea a diestra y siniestra. “El umbral del dolor se ha elevado en la gente con tantos golpes recibidos, encontramos desde quienes responden con la desazón y quienes con indignación”, indicó uno de los consultores de la campaña del PJ. La situación no es la mejor para hacer campaña. Los números de la pobreza aumentaron escandalosamente, la inflación no se puede frenar y tampoco la caída del consumo, el dólar se dispara, las tasas de interés son exorbitantes, los cierres de comercios y empresas son noticia diaria, suben las tarifas y el combustible. El índice “góndola” o “despensa” muestra en el precio de un litro de leche o un kilo de pan la cara más palpable y doméstica de la crisis.
Gasolera y corta
En ese marco, es que los candidatos intentan hacer campaña, al menos la que pueden. Porque esta campaña será corta, será barata y de bajo costo. “No hay plata”, anuncian unos y otros cuando deben pagar gastos o presupuestar servicios. No se ve demasiados carteles ni grandes despliegues. Todo pareció dejarse en los esfuerzos por ganar las internas. Sí lo pueden hacer los candidatos oficiales del Frejupa. Tienen los recursos y el aparato. Pero también el resto de las fuerzas les ha dejado el camino libre al no poder despegar.
Los tiempos electorales además serán cortísimos. Se espera tenga su empuje a partir de la próxima semana. Pero muchos intendentes dejaron los trabajos proselitistas para el último mes. La calle está dura. Un jefe comunal del sur y otro del oeste confiaron al autor que apenas se cruzan con un vecino, comienzan los pedidos. Y de cuestiones que antes no estaban tan presentes: la mayoría necesitan pagar las boletas de luz y de gas. Urgencias apremiantes. Así no hay bolsillo público que aguante para los jefes comunales.
Un escenario de dispersión
Por otro lado, además de la grave situación económica, el desdoblamiento de las elecciones provinciales con las nacionales y un resultado que parece anticipado, le quitaron densidad a la campaña. El oficialismo habla de una clara tendencia: el Frejupa va adelante, aunque difieren los interlocutores por cuánto. Pero la encuesta que manejan habla de que ya no hay un escenario de polarización. Cambiemos se desinfló. Afirman los analistas que se está dando una chatura de los apoyos y que las dos fuerzas que le siguen al oficialismo estarían ambas casi empatadas y muy por debajo. La dispersión de los votos es una realidad, aunque el tramo final de la campaña empuje a los indecisos a tomar partido a las apuradas por alguna lista.
Despegarse de Macri y la marca
En esta dispersión de los votantes mucho tiene que ver la situación de Cambiemos. Su candidato a gobernador Daniel Kroneberger, reunió hace días en el comité de Santa Rosa a los candidatos a intendente, y estos salieron algo desalentados. Ya se sabe que se compite por el segundo lugar, y con una billetera flaca. Y Macri no los ayuda en nada. De hecho, tuvieron que cambiar su estrategia comunicacional porque la sociedad mira mal todo lo que tiene que ver con la marca presidencial. Más allá del votante antiperonista que siempre encontrará argumentos contra el PJ y votará ciegamente a la oposición. En ese juego de las escondidas, los radicales comenzaron por ocultar el nombre Cambiemos de su lista, utilizan ahora el slogan “Avancemos” casi como nombre de la alianza y el rojo reemplazó a los de la marca nacional. Entre los candidatos, salvo casos puntuales, las diferencias entre los radicales y los del PRO son más que evidentes. Tratan de evitarse lo más posible.
Intentar provincializar el discurso, disimular cualquier identificación con Macri, negar su figura y dispararle a cualquier referencia a la crisis económica es el manual implementado en esta campaña por Cambiemos. El peso de Macri es demasiado para sobrellevarlo, indica un dirigente radical. Hasta el candidato socialista se ha animado a pegarles directamente enrostrándoles su pertenencia al gobierno nacional. Hay quienes se ponen nerviosos con la referencia, otros se resignan.
Mostrar al candidato
Mientras tanto el Frejupa avanza. Muestra actos populosos y caras sonrientes. Son las que se pueden ver entre la militancia en Santa Rosa. A pesar de las diferencias en la capital, tratan de mostrar unidad. Las puestas en escena, diarias y permanentes, tienen el objetivo de mostrar a su candidato a gobernador, Sergio Ziliotto, con un perfil ejecutivo. Detrás está el proyecto Verna, por las dudas, como garante y recordando siempre al gobierno nacional y la situación actual.
Hay una incertidumbre que igualmente surge a quienes llevan adelante la campaña: cómo se manifestará el enojo de la gente. Hacia dónde se disparará el voto de los hastiados con la situación actual. Veremos hacia donde decanta en mayo.