Es una fecha significativa y que solía ser elegida para unirse en sagrado matrimonio, pero este año nadie pasó por el Registro Civil.
Tiempo atrás el 14 de febrero era un “dolor de cabeza” para quien estuviera encargado ese día de celebrar bodas en el Registro Civil de General Pico. Por el valor simbólico del “Día de los Enamorados”, eran muchas las parejas que elegían esa jornada para formalizar “en los papeles” su unión.
Sin embargo las tendencias cambian y en los últimos años descendió la cantidad de casamientos y aumentó la de “uniones convivenciales”. Según precisaron fuentes del Registro, a modo de ejemplo, en 2018 se casaron 200 personas, mientras que 258 se unieron bajo el “Régimen de Unión Convivencial”.
Lo que no se esperaba es que en este 2019 absolutamente nadie solicitara turno el 14 de febrero. Parece que el romanticismo está en peligro de extinción.
Otro dato llamativo es que, de los pocos que se casan, muchos eligen hacerlo un día lunes, cuando la lógica, por cuestiones labores, de festejo y demás, sería que las bodas fueran cerca del fin de semana. La sospecha es que esta decisión está vinculada a dar un mejor aprovechamiento a los días libres por las licencias de matrimonio a las que acceden quienes están en relación de dependencia.
Volviendo a las estadísticas, cabe señalar que Pico estableció a nivel provincial una preponderancia marcada en cuanto a los “concubinatos” por sobre los casamientos. En 2017 se celebraron 413 “uniones convivenciales”, contra apenas 39 que se hicieron Santa Rosa, pese la importante diferencia de población que hay entre las dos ciudades. La localidad que más se acercó en ese entonces fue General Acha, con 44.
En el mismo año, en la capital provincial se casaron 300 parejas, mientras que en Pico lo hicieron 218, una cifra si se quiere más lógica por la densidad habitacional.