Las internas del 17 de febrero en La Pampa inauguran el año electoral en el país. Aunque acotadas, sus resultados tendrán diversas lecturas a nivel nacional desde el macrismo y el kirchnerismo. Hay que preguntarse cuánto pierden quienes no lleguen a pasarlas.
Por Norberto Asquini
Dos para ganar
En momentos en que comienza el año electoral 2019 y que finalizará con la votación a presidente, La Pampa tiene el privilegio de inaugurar el cronograma nacional. Las internas del 17 de febrero serán acotadas porque solo Cambiemos elegirá candidato a gobernador y algunos intendentes y el PJ que debe elegir sus postulantes municipales en algunas localidades. Sin embargo no escapará a las lecturas nacionales, más allá de que la provincia no tenga demasiada relevancia para los que definen la política nacional.
Es que tenemos dos listas “puras” que atraen las miradas de sus respectivos espacios: la macrista de Javier Mac Allister para gobernador por Cambiemos y la del kirchnerismo de Luciano Di Nápoli para intendente de Santa Rosa por el PJ.
Para el PRO nacional, en momentos de encuestas que no le están dando como quisieran y en medio de la crisis económica, una victoria traería alguna buena noticia. Para el kirchnerismo, tener un postulante en una capital provincial en la que el peronismo dice que va a recuperarla, y más cuando todavía se está pujando para ver cómo se presentará CFK y el PJ nacional en 2019, también le sirve y mucho.
Ambos precandidatos, a su vez, pueden llegar a convertirse en los “cisnes negros” de la jornada. Vamos a recurrir nuevamente a la teoría de Nassim Nicholas Taleb quien lanzó esta metáfora para tratar de explicar un hecho sorpresivo, en este caso político, que no se pudo prever, pero los datos que lo explican ya se venían dando aunque nadie se haya percatado.
¿Podrán ser los cisnes negros del 17? Ambos apuestan a una victoria. El PRO convencido de que está mejor parado para darle pelea al PJ que sus socios, que representa mejor a la marca Cambiemos y que realizó mejor campaña. El kirchnerismo, que se muestra como la renovación en el PJ, con la militancia casa por casa y los recursos nacionales.
¿Quien pierde más?
En Cambiemos se presentan dos listas, una del PRO y otro de la UCR. Ambas pujando por convertirse, o mantenerse, a futuro como la segunda fuerza en la provincia. Hay que preguntarse cuánto pierde el que pierde el domingo 17. O quien tiene más para perder.
El PRO tendrá su vidriera nacional. No se han anunciado internas para gobernador en otras provincias en Cambiemos (esta semana se conoció que puede haber en Córdoba) y esta competencia enfrentará directamente a los dos socios de la alianza macrista. Esto tendrá repercusiones para ambos cuando se nacionalice la lectura.
Desde el PRO pampeano analizan que podrían ser la sorpresa en La Pampa, una de las pocas en las provincias. De hecho, le ponen más fichas a Mac Allister que a otros candidatos provinciales. La victoria del PRO sería la de Macri en momentos de vacas flacas. Si no llega a imponerse, el PRO y sus aliados que son una fuerza nacida desde lo nacional, mostrarán que no han podido hacer pie en La Pampa y que sus resultados dependen de cómo le va a Macri en la presidencia.
El 17 habrá que ver a quien se le endilgará la victoria o la derrota: si los votos cosechados o perdidos son de Macri o si son de Mac Allister. Mac Allister mostró en el cierre de listas que tiene el liderazgo en la provincia, pero si pierde el resultado se le volverá en contra frente a los propios.
En la UCR también se juegan mucho en esta interna. A nivel nacional, servirá en la puja con el PRO en la que los radicales siempre han quedado relegados y subordinados, sería importante una victoria para mostrar presencia. Una derrota profundizaría aún más el proceso de crisis interno de la UCR pampeana, iniciado hace unos años y profundizado en 2018 con el cierre de listas. El proceso de renovación que se ha disparado se aceleraría dejando en el camino a varios dirigentes. Pero sobre todo una caída en la interna frente al PRO sería una derrota histórica: por primera vez los radicales no tendrían un candidato a gobernador y quedarían relegados como oposición a secundar al PRO.
La cuestión será analizar cuántos votarán en esa interna y también pensar en el después. Qué pasará tras la elección. ¿El ganador podrá retener los votos del perdedor? Si pierde el radicalismo, ¿acompañará la campaña de Mac Allister? Si pierde el PRO, ¿saldrá a trabajar como ahora o se recluirá en General Pico donde tiene un candidato propio y fuerte para encarar el futuro?
El 17 de febrero habrá varios atentos a los resultados, y algunos seguirán ávidos los resultados desde Buenos Aires. Macristas y kirchneristas tienen los ojos puestos en la “pequeña batalla” de La Pampa. “Nunca gana el ganador / siempre pierde el perdedor / brama en su trono el rey de bastos / víctima del desamor”, canta Sabina.