El Colegio “Educadores Pampeanos” es asediado por desconocidos que constantemente rompen sus vidrios. Nadie da respuestas.
El ataque a edificios o espacios públicos en General Pico lamentablemente es una moneda corriente que se da con demasiada frecuencia, demostrando por un lado lo mal que algunos ciudadanos están en cuanto a sus valores, y por el otro una cierta falta de cuidado por parte del Estado que debiera hacer más por proteger algo que se hace, mantiene y repara con el dinero de los contribuyentes.
Un ejemplo de ello es el Colegio Educadores Pampeanos, que se encuentra en calles 2 y 113, en el barrio José Ignacio Rucci. Desde hace un tiempo la institución sufre un asedio de parte de desconocidos, que arrojan elementos contundentes y rompen vidrios de puertas y ventanas. Cuando, con mucho esfuerzo, la escuela repone el material dañado, nuevamente se repiten los hechos, lo que genera indignación y también desazón.
Indudablemente algo está fallando, algo no funciona bien. No se entiende porque alguien atacaría una institución educativa, un espacio donde se forma al futuro de nuestro país.
Por lo general a este tipo de incidentes se los suele achacar a menores o jóvenes, quienes indudablemente no recibieron o no absorbieron los valores adecuados en casa, por lo que también hay una responsabilidad de los adultos que deben formarlos y controlarlos.
¿Hasta cuándo? Es la pregunta principal. ¿Cuándo habrá un punto final? ¿Quien se hará cargo de la situación y empezará a dar soluciones para evitar que estos episodios se repitan?
