Los que quieren ser: aroma a interna en la política pampeana

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26 Septiembre, 2018 a las 11:56 hs.

Por Norberto G. Asquini



En pocos días, comenzó a prefigurarse un escenario de internas tanto en el oficialismo pampeano como en la oposición. De a poco, empezaron a asomarse competidores, o posibles postulantes, con la certeza de que el gobernador Carlos Verna no irá por la reelección. La cuestión es si finalmente habrá competencia interna (en el PJ esto ya es habitual), o solo son movimientos para posicionarse y mejorar los acuerdos de listas con los demás sectores. 

El bloque central 

En el Partido Justicialista el garante del acuerdo es Verna. La posibilidad de que elija un sucesor a gobernador que lo reemplace, no significa que pueda transferirle el nivel de apoyo que hoy tiene el mandatario, indican algunos críticos. Sin embargo, el vernismo tiene la estructura gubernamental y el poder territorial de los intendentes, además de la figura de Verna para los carteles de la campaña, retrucan y con razón desde Casa de Gobierno.

Mientras el gran acuerdo está a la espera (para algunos se irá tejiendo en las próximas semanas y se terminará de ponerle nombres en diciembre con el cierre de lista, para otros hay que apurarlo), todos quieren empezar a posicionarse. La política es muy dinámica y comenzará a serlo aún más con el transcurrir de las semanas.

El gran articulador del gran acuerdo es el bloque vernista-marinista, más los aliados como el robledismo. Ese cierre comenzará a dejar si opción real al resto de los espacios. El kirchnerismo camporista iría también en ese boleta, y desde CFK había bajado la orden de no conformar Unidad Ciudadana y apoyar al mandatario, al menos es lo que indica el interlocutor consultado. 

Los que avisan 

Compromiso Peronista, lo que fue el jorgismo, durante el fin de semana adelantó que podría llegar a presentarse a una interna, ya que cambiaron las reglas del juego sin Verna. Hay quienes quieren presentarse sí o sí para disputar mayores espacios y quienes quieren mejorar su lugar en el gran acuerdo con esta posibilidad. “Queremos sentarnos a la mesa de la discusión. Un acuerdo tiene que tejer consensos e incluir a todos los sectores. Y se tiene que considerar a Compromiso y su lugar dentro de un gran acuerdo, que en 2015 y solo frente  a las otras líneas compitió y sacó el 40% en una interna. Sobre todo ahora que se abrió el panorama”, dice uno de sus voceros. “Tienen que estar, pero me parece que sobredimensionan su lugar. En 2015 tenían el apoyo del gobierno nacional y de muchos intendentes y perdieron como oficialismo. En 2017 fueron considerados. No pueden forzar las cosas”, indica otro consultado del bloque mayoritario.

Aliados del PJ como el Frente Renovador también dejaron trascender que se presentarían por fuera o con lista propia si son parte de un acuerdo. La necesidad de posicionarse de cara a lo que vendrá también comienza a apurar los tiempos en Santa Rosa. Desde el kirchnerismo dejaron trascender que lanzarán a Luciano Di Nápoli como su precandidato a intendente en semanas.

Igualmente, desde 2003 con la primera compulsa para gobernador en el PJ después de décadas, lo que abrió el camino para otras elecciones en el partido, y hasta enfrentando listas disidentes por fuera, el peronismo está acostumbrado a este escenario de internas.

Habrá que ver el acuerdo del bloque mayoritario y cómo se abre el juego al resto del peronismo para ver si se evita esta situación. Es mejor evitar los choques, sobre todo en una transición como la que vendrá, y para evitar las divisiones en cada pueblo. Pero esto no significa que se le vaya a rehuir a la competencia.

Por lo pronto, todo movimiento es prematuro, aunque sea vital para que se vayan posicionando los sectores que no son parte del bloque vernista-marinista para un acuerdo. Finalmente, el dedo armador será el de Verna. 

Incógnitas y división opositora 

En la oposición, para algunos Cambiemos, para otros llevará otra denominación, también hay aroma a interna. El candidato de Cambiemos-Pro, el secretario de Deporte Carlos Mac Allister está en carrera. Por los radicales, el senador Juan Carlos Marino también, y hasta el diputado Daniel Kroneberger. Ahora se sumará Francisco Torroba, y podría haber alguno más. Estos son los que quieren, aunque no se sabe si todos se presentarán. En la UCR se da un juego casi de encastre: todos los sectores quieren ser cabeza, pero ninguno puede por sí mismo imponerse a los otros. Solos no pueden, y aglutinarse les cuesta.

Hay varias situaciones que empujan en conjunto a una interna, sean ventajosas o desventajosas: la crisis económica que atraviesa el macrismo a nivel nacional ha debilitado a la oposición y devaluado a los candidatos; en este escenario habría menos lugares en juego y todos quieren tener su espacio; y la ausencia de Verna en el PJ parece mejorar las condiciones para competirle al oficialismo.

Los radicales también están acostumbrados a dirimir en internas sus candidatos, pero solamente para las PASO nacionales. En las provinciales los acuerdos han sido más importantes para acordar lugares en la lista de diputados. El problema es que ahora está la coalición electoral con el Pro y sus partidos aliados. Esto por un lado le resta espacios en la boleta y por el otro hace surgir incógnitas: si la marca Cambiemos está golpeada por una situación económica casi ingobernable, esto no significa que haya un electorado que todavía la vaya a votar. Y si Cambiemos es la marca del macrismo, ¿por qué ese elector apoyaría a la UCR teniendo al Pro como opción? Una pregunta que se hacen los estrategas radicales. Y la mayor incógnita: si no hay acuerdo de listas entre los radicales, que parece no habrá por cómo se viene dando su historia, ¿cómo derrotar divididos a Cambiemos-Pro?

Finalmente, surge otra posibilidad: que al momento de definir el dedo nacional determine al que encabece. Lo que temen muchos, y esperan otros.