Dijo que en realidad era la víctima quien manipulaba el arma, pero este se disparó cuando intentó quitársela.
En su declaración indagatoria, previa a la realización de la audiencia de formalización en la que le dictaron la preventiva por 90 días, el imputado por el homicidio ocurrido el fin de semana en una quinta de General Pico intentó instalar la teoría de que se trato de un accidente.
Según informó el fiscal Guillermo Komarofsky durante la audiencia, el detenido Ricardo Vázquez dijo que el disparo “fue accidental, que la víctima manipulaba el arma y en el afán de quitársela, en el forcejeo, se dispara”.
Sin embargo “los testigos no pudieron observar a la víctima con el arma de fuego, si que discutieron y que al salir al exterior se escucha el disparo y al asomarse lo ven caído al costado de la camioneta al damnificado”.
Además, contó que el arma era propiedad del detenido y que este dijo que la guardaba en la mencionada quinta, donde vivía el fallecido Miguel Baigorria. Las personas que estaban allí no vieron que en ningún momento el hombre manipulara la escopeta de doble caño calibre 16, cuyo disparo le provocó la grave herida en la pierna izquierda al difunto, que primero generó la amputación de la extremidad y luego su muerte debido a la sangre que perdió.
Por otro lado, contó que, de acuerdo al testimonio de un policía que estaba custodiando la Guardia del hospital Centeno cuando llevaron al herido, se supo que el mismo fue trasladado por el autor del hecho y otro hombre, argumentando que fue un accidente. Pese a ello, tras dejar al herido para recibir asistencia médica, Vázquez llevó al testigo a su casa y le pidió que escondiera el arma homicida, por lo que la tiraron arriba del techo del inmueble, donde fue recuperada y secuestrada luego por la Policía.