Pocos conocen al Hombre, que poco tuvo que ver con el tenis.
Todos los amantes del tenis saben que por estos días se juega uno de los Grand Slam más importantes y más cercanos a los argentinos: Roland Garros. El mítico y prestigioso abierto de tenis de Francia, que vio consagrarse a Guillermo Vilas y Gastón Gaudio como campeones.
Lo que pocos conocen es que el hombre quien prestó su nombre y honor al torneo no tuvo nada que ver con el tenis.
El hombre, Roland Garros, era de profesión: aviador. Entre sus grandes hazañas, se destacan: el cruce del Mediterráneo en 1913 y alcanzar el récord de altitud de la época: seis mil metros.
Cuando se desata la Primera Guerra Mundial, Garros, se enrola como piloto voluntario en las fuerzas aéreas francesas. Aunque muestra una admirable pericia en el aire, su aporte fundamental fue el haber creado un sistema de disparo a través de las palas de hélice del avión. Algo que cambió la historia de los aviones y los combates aéreos.
Roland Garros, vivió una vida de película. Cayo dos veces prisionero a manos de los alemanes, logrando escapar ambas veces para poder regresar a batalla. El 5 de octubre de 1918, apenas un mes antes del fin de la guerra, su avión cae en las Ardenas y muere.
Un soldado valiente, un héroe de guerra, oficial de la Legión de Honor, un inventor y un símbolo de Francia que su única relación con el tenis, fue su entusiasmo por el deporte.
