El vecino pide que se fomente y apoye económicamente la disciplina, para atraer a más participantes y ayudar a las personas discapacitadas a superarse.
Ramón Quiñones de 56 años de edad, conocido vecino discapacitado de General Pico, participó recientemente de la tradicional maratón internacional “A Pampa Traviesa”, un año más y en esta ocasión, lo hizo con su handbike, con la intensión de “mostrar una modalidad desconocida por estos pagos al parecer”.
“Sabía de las categorías estipuladas para discapacitados, pero como de ante mano también sabía que era muy posible que no iba a haber asistencia de corredores de sillas de ruedas. Decidí tomar la iniciativa. La distancia impuesta fue la misma 10 kilómetros y se me categorizó en la modalidad participativa”, contó.
Lamentó que “apenas una medalla Finisher, valga el reconocimiento al esfuerzo de superación personal. A quien todo cuesta un poquita más. Digo por mi condición de discapacidad”.
“Al parecer las falencias organizativas están a la vista. Solo dos discapacitados asistieron entre 1.200 participantes. Las estadísticas hablan por sí solas. El año pasado asistió solo una persona en silla de ruedas. Pero el año anterior había 5 personas. Vino en picada la asistencia de discapacitados y si no aceptan nuevos modalidades a las ya existentes parece extinguirse la inclusión deportiva del deporte adaptado”, afirmó.
Además “pienso que un discapacitado no puede ser recompensado con un primer premio de la suma de 1.500 pesos y monto descendente hasta el 4° y 5° puesto de un valor de 400 pesos, el de la inscripción, porque no salvas la demanda de gastos que genera el transporte de dos sillas de ruedas, la que me transporta cada día y la de competición. Para ello es necesario un transporte de mayor envergadura, por ende suma de costos más elevados en comparación con una simple maratonista. Por cuanto el monto compensatorio ni el estipulado para un primer puesto le permitirían concurrir a quien quisiera participar fuera de la provincia”.
“Cada vez somos menos –remarcó-. Buscando generar conciencia en lo concerniente al desafío que conlleva para un discapacitado. Ir por el desarrollo y superación de enfrentar la situación personal de menos valía en la que se encuentra y le toca vivir. Para hacer actividad física es, decir para la disciplina silla de ruedas o handbike, es necesaria la colaboración de dos asistencias y no hablamos de profesionales como entrenador y preparador físico. Es necesario dos personas para pasarme de aparato a aparato, para que la gente entienda”.
Quiñones manifestó que busca “aportar ideas y pudiendo con la intención contagiar y convocar a otras personas discapacitadas a la realización de deporte. Es por ellos que trato de generar conciencia de la práctica de algunas de las disciplinas adaptadas. Hoy la handbike me es motiva a dejar por un momento de lado mi silla de ruedas con la que convivo. Busco sentir otras sensaciones y compartir otras experiencias. En la ‘Vuelta de San Juan’ hubo 40 handbikes y nosotros acá ni enterados de eso. Tengo otra handbike para prestar que me es chica por mis dimensiones. Así que se alguno se quiere prender…”, advirtió.
“Quiero manifestar que lo poco o mucho que he venido haciendo e incursionando en estas distintas modalidades deportivas ha sido con recursos propios. Mi demanda de necesidad para por el requerimiento de la asistencia de recursos humanos, es decir entrenador y preparador físico, para poder llevar adelante este tipo de disciplina deportiva, mas desarrolladora y desafiante, justo para lo que me toca vivir”.
“Voy a seguir por más y si soy acompañado mejor aun. Tengo el proyecto de desarrollar una escuelita deportiva adaptada y de inclusión social, para convocar a personas con capacidades diferentes, así se dice, adictos en recuperación etc, todo aquel que quiera enfrentar su presente y encaminarse hacia un mejor acontecer futuro, el desafío de toda vida. Todo tenemos una capacidad diferente que nos proyecta a lo largo de nuestra existencia”, reflexionó por último el vecino piquense.