Accidentes 2017: Los siniestros generaron casi 2 millones de pesos de gastos al SEM

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1 Febrero, 2018 a las 20:39 hs.

El monto es en concepto de atención y traslado. Luego hay que sumar internación, practicas, medicamentos y otros insumos.



Más de medio centenar de personas, cada mes, sufren accidentes en la vía pública y son asistidas por el Servicio de Emergencias Médicas. A ellas deben sumarse las que son trasladadas hasta la Guardia de Emergencias del Hospital “Centeno” por sus propios allegados, y otras que son derivadas a General Pico (por las mismas causas) desde localidades vecinas. Es frecuente, también, que muchos de esos pacientes sean internados y permanezcan varios días en la Unidad de Terapia Intensiva (UTI) del hospital o en camas de cirugía o traumatología, en mayor medida.

En todos los casos, una y otra vez, se pone en marcha un sistema de intervención y seguimiento terapéutico que determina el despliegue de decenas de trabajadores de salud pública junto con recursos técnicos de variado tipo y de alto costo económico. La complejidad de ese nivel de respuesta es, generalmente, desconocida para la mayor parte de la comunidad.

El SEM se sostiene con una estructura de funcionamiento que incluye servicios y prácticas diversas de 38 personas, desde mucamas hasta médicos especializados en emergencias, junto con choferes, operadores de comunicaciones, administrativos, y personal de enfermería. Dispone de 2 ambulancias equipadas con elementos de alta complejidad y 1 ambulancia de reserva para cubrir relevos de las otras unidades por mantenimiento. En el transcurso del año pasado, el SEM socorrió y trasladó a Guardia un promedio de 1,7 personas por día, por accidentes en la vía pública.

Totalizaron 620 traslados al año por “incidentes de tránsito”, con mayor relevancia en las horas- pico y los fines de semana, y en muchos casos fueron registrados por las crónicas periodísticas.
Tras el recorrido -desde el centro o la periferia de la ciudad- hasta la Guardia de Emergencias (atención pre-hospitalaria), cada paciente politraumatizado es recibido por una dotación permanente de 2 médicos de guardia para adultos, otros 2 para pacientes pediátricos, 1 cirujano general, y cinco enfermeras/os que –según las necesidades- rotan y colaboran con los distintos equipos de atención.

En la guardia funciona, en forma ininterrumpida durante las 24 horas, todos los días, un sector de “shock room”, equipado con aparatología imprescindible para brindar respuestas eficaces y eficientes en situaciones de máxima exigencia (entre otros: respiradores, monitores, carro de paro cardiorespiratorio, desfibrilador, etcétera). Los elementos mencionados están distribuidos en dos boxes permanentes más la alternativa de un tercero según la demanda puntual de cada jornada; además de 4 camas para pacientes en observación.

Los equipos de profesionales y sus colaboradores inmediatos proceden de acuerdo con diversos protocolos de actuación validados a nivel internacional para observar, definir, diagnosticar e intervenir en los sistemas esenciales para el mantenimiento de la vida (circulatorio, neurológico, respiratorio, etcétera); junto con las prácticas médicas y la utilización de aparatología específica que aseguren la mayor precisión posible en la evaluación y el tratamiento de cada problema, incluyendo la detección de eventuales lesiones ocultas, llamadas de segundo tiempo porque se manifiestan horas después del evento. Análisis de laboratorio, radiografías, ecografías, tomografías son realizadas en los casos en que se considera necesario.

Cuando finalmente el paciente ha sido estabilizado, es trasladado a UTI o a una sala hospitalaria. Algunos, luego de horas de observación, pueden regresar a sus domicilios.

Cabe añadir, como datos adicionales para la consideración del tema de referencia, que en la actualidad una asistencia en vía pública por personal y ambulancia privados, tiene un costo de aproximadamente $3000. Y una internación en terapia intensiva, también en el sector privado, ronda los $20.000 (por día), sin contar estudios adicionales. Si se tiene en cuenta dichos valores, y se multiplica por las personas atendidas, en el 2017 se gastó $ 1.800.000 en atenciones de accidentados por parte del SEM, cifra que se engorda bastante en los casos de las personas que terminaron internadas, requirieron prácticas, medicamentos, etc.

Los servicios de emergencias y toda la estructura hospitalaria de salud pública, gratuita y de calidad, están alertas y responden con prontitud ante cualquier requerimiento. Sin embargo, el sentido común nos dice que es mejor “prevenir que curar”. Muchos de los “incidentes” en la vía pública se producen por conductas imprudentes y/o negligentes. Seguramente el hecho de reflexionar sobre sus causas contribuirá en buena medida a evitarlos.