El “Pela” Fernández; un ferroviario que sigue sirviendo a su comunidad

Niñez humilde rodeada de afectos, juegos y pobreza en aquel entonces. La querida Escuela 66 los cobijó con la cultura y cariño de abnegados maestros. 

El Barrio Este, casi  olvidado, fue su universo. Sobresalían la Escuela 66, la Jabonería  de Tosso, Iriarte, el almacén de Bautista Matos, el chalet de ferroviario de los Ingleses y el vecindario modesto y laborioso. 

En familia, vivían  tardes de esparcimiento y recreación en la plaza España con las retretas y la banda Don Roque D’agostino. 

El 11 de agosto de 1955 ingresó como peón en el depósito de locomotoras, un sueño hecho realidad en los jóvenes…el de “ser ferroviario”. 

Formó su  hogar con una  chica de  buena familia y honesta. Se casa con Irene en  1967, llegaron los hijos y siguió trabajando y participando en las instituciones culturales y sociales de los chicos. 

“En 1991 los necios artesanos de la destrucción sacaron Ferrocarril, un millar de vecinos sufrimos la cruel determinación que afecto también la marcha social y económica de la ciudad”, indicó el “pela”. 

El sentido participativo y solidario continúa en su esencia. Es feliz sirviendo a los demás. Ha colaborado en escuelas, clubes, entidades barriales y culturales. 

Mira con nostalgia la película de su vida y con orgullo y reconocimiento infinito menciona las amadas aldeas que cobijaron su modesta participación: Escuela 66, Capilla Nuestra Señora de Luján, Colegio Santa Inés, Escuela Industrial, Comisión de Fomento Barrio Este, Club  Costa Brava, Sportivo Independiente, Grupo de Escritores Piquenses, Biblioteca José M. Estrada, Comisión Municipal de deportes y distintos grupos en la Fé.   

En todas las instituciones se brinda con amor y pasión y las banderas de humildad y honestidad que siempre lo han  caracterizado.