Yamila Páez, “Mejor Artista Local”: Una vida impregnada de arte

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25 Noviembre, 2017 a las 12:25 hs.

Se llama Yamila, nació en febrero del 1986  en General Pico, La Pampa, es  hija de Miguel Páez y Susana Álvarez, y la segunda de cuatro hermanos.



Su infancia  la vivió en la calle 5 y la Avenida San Martín, ya que ahí vivían sus abuelos maternos, y es donde pasaban la mayor parte del día mientras sus papás trabajaban. Quedaba cerca de la escuela y del club y es  en esa misma cuadra donde luego en la adolescencia se mudan definitivamente con su familia.

Su escolaridad comenzó  en la guardería de OSPLAD, donde conoció  a las que  hoy son sus mejores amigas. El pre escolar y la primaria en la escuela 57, donde continuó  haciendo amigos que  afortunadamente también varios siguen siendo los de hoy  y conociendo personas increíbles que sigue  manteniendo junto a recuerdos inolvidables.

Según Yamila, su  gusto por el arte empieza  de chica. Plástica siempre ha sido una de sus materias favoritas, las actividades artísticas, y el recuerdo de profesores que le invitaban a conocer un poco más allá de la carpeta n°5.

“Tengo recuerdos muy de chica en la primaria que nos juntábamos en la casa de mi amigo Martín, su mamá ya se dedicaba al arte, es más, es una gran artista de nuestra ciudad  y recuerdo una casa muy colorida, con unas figuras de papel maché que te observaban desde arriba de unas bibliotecas, un clima muy atrapante en cuanto a lo visual, súper lindo, creo que esas pequeñas cosas son también bastante inspiradoras cuando sos chico, ver ambientes diferentes que te despiertan el interés por lo desconocido y personas que te demuestran el amor por lo que hacen”, sostiene Yamila.

Luego en la adolescencia, continúa relatando, “conozco a mi amiga Juli, y así a su mamá  Diana Santos ,otra excelente artista de Pico, ahora también mi amiga; es  una mujer  súper inspiradora llena de color, en su pelo, ropa, en sus pinturas florales y en sus  paisajes textiles, por donde sea, trae una fuerza galopante y fue un gran incentivo y apoyo para que yo decidiera elegir este camino, porque cuando terminé la escuela, un poco abrumada por los tiempo y las decisiones , me anoté en otra carrera , algo más “formal”, Medicina”, indicó.

Estudiaba mucho, “seguía siendo bastante ñoña como en la escuela, pero la duda del futuro y el no verme trabajando y viviendo de eso,  ya me hacía doler la panza, tomé coraje y me anoté en el IUNA (ahora UNA) , una universidad que lamentablemente nadie me la había presentado al momento de decidirme por un camino”, puntualizó la joven artista local.

La descubrió, ya estando en Buenos Aires y averiguando dónde estaba lo que le gustaba hacer. “Fue mi mejor decisión, lejos. Estudiar lo que verdaderamente te gusta para que el trabajo no sea un sacrificio sino un placer. Ahí conocí el grabado y me enamoré, literalmente. Es una disciplina hermosa que te atrapa, de procesos de mucha paciencia  y un poco mágicos”.

Allí conoció también a sus maestros, Néstor Goyanes y Carlos Scannapieco, “con quienes trabajo en este momento, como ayudante en el taller que coordinan en el Museo Sivori. Son seres maravillosos, que te adoptan y te hacen sentir familia. La Universidad Nacional de las Artes también me dio a mis amigos colegas con los que comparto el amor, el intercambio de trabajo y las muchas horas de taller. Con el gran apoyo de mi familia siempre, me recibí de Profesora de Artes Visuales con Orientación en Grabado y Arte impreso, y sigo cursando las materias que me quedan para la Licenciatura”, señaló. 

Hace casi cuatro años abrió “Elhecho Taller”, un espacio de arte  en  el Barrio de San Telmo, donde la actividad principal es el grabado. “Lo uso como taller particular, doy clases, coordino otras actividades gráficas y textiles dictadas por colegas y además todos los meses organizamos una muestra en nuestro espacio para hacer de conexión entre el público que pasa por el taller y el artista”, indicó.

Desde el 2011, participa de salones de grabado a nivel nacional e internacional, donde ha sido seleccionada y premiada.

Tiene la enorme alegría de haber sido seleccionada y de haber recibido en su participación en el Salón de Pequeño Formato de General Pico, el premio a la mejor artista local, “premio que me honra  enormemente, ya que me parece más que especial, el  poder exponer y compartir mi trabajo en mi lugar de origen”.

El trabajo seleccionado, “es muy especial para mí también, ya que utilicé un grabado cliché, de un mapa antiguo de nuestra ciudad, en donde reconozco, mi barrio, la manzana de mi casa, una esfera xilográfica  que marca una onda colorada  como el club de mis amores, recorridos de viejas rutinas que ahora hago a costura sobre el papel, la estación el símbolo de abuelo ferroviario y el paisaje fijo que se ve desde la ventana de la 21 al 1029. Juego con los niveles, haciendo zoom, en determinados lugares, abro ventanas y cambio fondos”, puntualizó.

Finalmente Yamila sostuvo que “gran parte de mis trabajos, hacen referencia  a mi origen, a mi herencia, a lo que traigo conmigo, si bien me deslumbro día a día en la gran ciudad, busco continuamente  alguna pequeña conexión que me traslade y así no perder nunca la memoria”.