En un comienzo se pensó que se trató de un accidente, pero el informe forense confirmó que fue un asesinato.
En los minutos posteriores a la muerte de Oscar Soria (62) los investigadores tenían diferentes hipótesis respecto a lo ocurrido. Para algunos ese trataba de un crimen, mientras que para otros era un hecho accidental.
Lo que generó la gran confusión fueron los espejos y estanterías de vidrio rotos dentro de la zapatería que tenía la víctima, junto a los cuales se encontraba una escalera, lo que llevó a pensar que el vecino se cayó mientras acomodaba cajas y se provocó los cortes mortales con los afilados trozos de cristal.
Sin embargo, la extensa autopsia que se realizó entre la noche del 3 y la madrugada del 4 de agosto, permitió establecer que tenía varias heridas punzo cortantes típicas de un arma blanca. “Fue un homicidio”, confirmó en ese momento el fiscal general Armando Agüero.